Cuesta creerlo, pero cuatro años lleva un joven agricultor del municipio esperando -ya con total resignación- a que Canal Gestión le conceda un contador para regar su finca con agua desalada. No sabemos el número exacto de las peticiones similares que figuran acumuladas en los archivos de la empresa suministradora. Se habla de que son más de cien las solicitudes pendientes.
Algunos se preguntarán: ¿Cómo es posible que después de todo ese tiempo no se haya autorizado la colocación de un contador?, si bien la pregunta correcta sería: ¿Cuánto queda para contemplar a este joven desistir de su intención de dedicarse a la agricultura?. Por desgracia, no va a ser necesario el transcurso de mucho tiempo para verlo abandonar, ya que viene cultivando “a duras penas” su arenado, pues en los últimos años ha llovido muy poco lo que le está obligando a transportar continuamente agua en cubas, con un coste económico inasumible, para intentar salvar sus cosechas.
Evidentemente, con estos antecedentes no podemos aspirar a tener un relevo generacional en el sector primario, y menos aún si las administraciones públicas no apoyan de forma decidida a los jóvenes que apuestan por la actividad agraria. Una muestra de la dejadez la tenemos en la poca atención prestada por ciertos responsables públicos, que a cada requerimiento sobre la problemática del agua contestan: "que no es su competencia", y derivan a los agricultores a hablar con el Consorcio o a formular la correspondiente protesta ante Canal Gestión.
La gente del campo no quiere oír justificaciones pide soluciones.
Las razones esgrimidas por la empresa concesionaria para denegar nuevos contadores van (en un corta y pega que se repite en todas las contestaciones) desde la inexistencia de red, pasando por falta de caudal hasta la preferencia del consumo urbano sobre el agrícola. Esta última alegación tendría su razón de ser en otro escenario, donde toda la planta alojativa turística estuvo con plena ocupación, pero no se puede admitir dicha argumentación en el momento actual con hoteles y complejos de apartamentos cerrados.
En el pasado se tuvo el acierto de poner en marcha INALSA para las Islas de Lanzarote y La Graciosa, entidad pionera en Canarias, que fue un modelo en potabilizar agua para consumo doméstico y que llegó a embotellarla con una calidad aceptable. No obstante, la gestión política (más bien la nefasta intervención de alguno) la llevó a la ruina, sometiendo a toda la población a continuos cortes de agua.
El concurso de acreedores de Inalsa quedará grabado para siempre en nuestra memoria colectiva como ejemplo de un fracaso, porque no fuimos capaces de saber gestionar una empresa pública que tenía no solamente el monopolio del agua, sino que además contaba con los medios personales, materiales y técnicos adecuados para ser administrada de forma correcta.
Después, desde Madrid llegó Canal de Isabel II con su filial Canal Gestión Lanzarote, a la misma se le concedió el ciclo integral del agua previo ofrecimiento de más de cien millones de euros que irían destinados: por un lado, a saldar las deudas de INALSA; y por otro, a afrontar las inversiones necesarias para mejorar la red de abastecimiento.
En un principio, es verdad y así hay que reconocerlo, Canal Gestión mejoró considerablemente el suministro de consumo urbano; sin embargo, no ha sucedido lo mismo con la agricultura que ha visto empeorar su situación con el paso de los años al verse sometida a continuos cortes, así como a una reducción en la frecuencia de los días de riego que en muchas zonas ha quedado limitado a un solo día a la semana. También, por los agricultores se viene denunciando desde hace tiempo los altos índices de salinidad del agua que está empobreciendo nuestros suelos de forma irreparable. La pérdida de suelo agrario es un grandísimo problema al que se debe dar atención preferente si queremos aspirar a tener un desarrollo sostenible, máxime cuando habitamos un territorio declarado "Reserva de la Biosfera".
Hoy Canal Gestión se está quejando, sin poner remedio para evitarlo, de las pérdidas que sufre por fallos en la red para justificar la mala calidad del servicio. Por otro lado, nos encontramos a Canal de Isabel II salpicada con casos de corrupción no solamente en España sino también en varios países sudamericanos; además se ha puesto a Canal Gestión a la venta a través de encargo realizado al Banco Santander de Negocios; es decir, estamos ante una empresa matriz en clara retirada y con una filial sobre la que se proyecta un incierto futuro, por lo que el agua vuelve a presentar por estos lares un panorama no muy esperanzador.
Por todo ello, consideramos que ha llegado la hora de que los actuales responsables políticos asuman la necesidad de recuperar la gestión del agua, ya sea mediante el rescate del servicio o la rescisión del contrato de concesión. No se puede seguir soportando un servicio deficitario, ni tampoco el campo puede esperar dado que urge regar los cultivos para paliar los efectos de la sequía padecía como consecuencia de la ausencia de lluvias en los últimos inviernos que va a provocar, sino se remedia con prontitud el suministro regular de agua, el abandono de más tierras de cultivo.
El devenir de la historia nos ofrece ahora una nueva oportunidad (recuperar la gestión del agua) que debemos saber aprovechar para resarcirnos como sociedad de los desatinos del pasado.
Fdo. Consejo Insular de Lanzarote de PALCA-LA UNIÓN