Opinión

Cuando las buenas noticias no pueden ser buenas noticias

Cualquier grupo político gobierna con el fin de mejorar la vida de la ciudadanía, o, al menos, eso creo. Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre en otros países, en España las buenas noticias no pueden ser buenas noticias. Auspiciada por las tres derechas, la política nacional se ha acostumbrado a desarrollarse bajo un contexto de tensión permanente, descalificaciones y una absurda lucha para ver cuál de los tres lleva la bandera más grande en el pecho. Con la complicidad de algunos medios, tratan de solapar todo aquello que trate de borrar la imagen creada del “traidor de Sánchez”.

El Consejo de Ministros aprobó la semana pasada el reparto de 1.631 millones de euros para la rehabilitación de viviendas, siendo una de las áreas con más importancia del Plan de Recuperación. El Estado, a través de las comunidades, facilitará ayudas a propietarios para llevar a cabo trabajos de rehabilitación de las viviendas, costeando entre el 40% y el 100% de la obra. Una excelente noticia que nos permitirá rehabilitar zonas residenciales y conservar edificios con un gran valor patrimonial, haciéndolos más eficientes.

Un gran balón de oxígeno para todas aquellas personas que, víctimas de la desidia política de la era Rajoy, han visto como sus viviendas se han ido deteriorando hasta el punto de poner en riesgo su propia seguridad. Cuando hablamos de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía, todos, absolutamente todos deberíamos trabajar en esa dirección como ocurre en países como Alemania o Portugal.

La realidad es que, a diferencia de otros años, España cuenta con la peor oposición, sin sentido de estado y buscando la destrucción de la convivencia para luego intentar salvarla ellos. Aunque ya sabemos cómo se las gastan en tiempos de crisis. Patriotas se hacen llamar. Porque saquear lo público en nombre de la patria, con la complicidad de medios de comunicación, hace que retumbe menos. Una patria que “cabe en una caja de zapatos”.

La mayor preocupación de la ultraderecha y la derecha española es afirmar que el régimen franquista no fue una dictadura y boicotear las instituciones donde tienen presencia. Pero cuando escuchas ladrar durante tanto tiempo, la gente se cansa o simplemente no te hace caso.

Arrimen el hombro, porque nosotros no vamos a parar de trabajar para las personas, eso es ser un verdadero patriota. Todavía están a tiempo. Con o sin ustedes, no pararemos.

 

José Alfredo Mendoza, primer teniente alcalde y portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Arrecife