" A mi hermano Andrés:
¡Cuántos recuerdos bonitos afloran a mi mente!
Pasaste por la vida en silencio y así te fuiste sin molestar a nadie.
¿Cuántas veces me subías a tus hombros para darme un paseo o me montabas en el sillín de tu bici?
Fueron innumerables las noches que nos sentábamos con Mami a jugar a la baraja a la luz de la vela o del farol.
Fueron tiempos felices que jamás olvidaré.
Siempre unidos sin decir una mala palabra a tu madre y hermanas, dispuesto a arrimar el hombro para sacarnos adelante y tener un plato de comida y lo necesario para ir a la escuela.
Aunque nuestro padre murió a los 33 años y dejó 4 hijos, yo con 5 meses, jamás nos faltó lo necesario, porque ella se preocupaba de que así fuera.
Vivíamos en un hogar feliz, donde había mucho amor y cariño.
Recuerdo que le decías a Mami que si le pelabas las papas y ponías la comida en la cocina, mientras ella hacía rosetas.
Cuando ya eras mayor y pusiste la panadería, venías desde muy temprano a dejarnos el pan con la bolsa colgada en la puerta.
Empezaste muy niño a trabajar en trabajos que eran muy duros para ti.
Unas veces en Tenerife y otras en La Palma, pero siempre me mandabas en las cartas que escribías a Mami, una peseta de papel.
Luego cuando venías me dabas dinero para que fuera al cine, cerca de casa.
Sé que estás junto a tus padres muy felices, porque mereces que así sea, por tanta bondad que tenían los tres. "
Atentamente, tu hermana Susi