Opinión

Canarias no es transversal

La transversalidad política está de moda. En estas reelecciones, se trata del epicentro ideológico de la mayoría de los grandes partidos políticos, un sustrato a lo funesto.

Situarse en el eje trasversal es esconder quien eres, es sembrar la duda, es actuar a espaldas de tus valores. Desprenderse de tu ser ideológico como partido político, para anclarse en un mensaje que capte la mayoría social, es pan para hoy y hambre para mañana. Los partidos políticos como herramientas de construcciones sociales son plurales por su identidad, por sus diferentes formas de pensar la política, la economía, la justicia, la cultura.

Ser transversal diciendo que las ideologías no existen en este contexto globalizado, es un discurso de plagio.Es falso que las distintas ideologías han dejado de existir y también es falso que exista una transversalidad política que pueda operar al margen de ellas y, sobre todo, de la realidad objetiva. Las políticas transversales son a la política como el cuento del ratoncito Pérez a los niños.

Los distintos teoremas ideológicos sobre cómo abordar los cambios necesarios en busca del mayor bienestar, existen y existirán. Otra cosa es la campaña política, el mensaje difamador que lo único que busca es el mayor número de votos posible.

En Canarias no estamos para juegos, no estamos para artimañas de partidos comandados desde Madrid. En canarias estamos para que nuestra gente tome lápiz y papel y lleve sus propuestas, quejas y reclamaciones a casa de nuestro Senador, de nuestro Diputado. No estamos para esperar más tiempo a que desde Madrid nos permitan tener unas Canarias con más empleabilidad, con menos paro, con una sanidad más pública y ágil, o con una educación en la cúspide de Europa.

Canarias necesita de metapolíticas, de personas comandadas desde aquí, de personas que han salido desde asaciones culturales, vecinales, clubes deportivos, de personas que saben que necesita esta tierra,que necesitamos los Canarios.

Canarias no necesita transversalidad política, discursos vacíos, necesita políticas reales, necesita nacionalismo.