La tragedia humana vivida en las costas de nuestra isla nos estremece y nos estruja el alma por las personas fallecidos. El drama humano que vive Canarias, día tras día, con la ruta migratoria atlántica/africana no es algo que nos coja de sorpresa.
El contexto actual del Covid y la crisis económica llega a todos los rincones del planeta; la diferencia que marca a unos continentes o a otros es cómo lo afrontan. Por esta razón, si el continente europeo se ha visto sobrepasado con su eminente estructura institucional y económica, si esto le pasaba a Europa, era evidente que a los continentes y países con un bajo nivel de desarrollo, la pandemia les iba a llegar como una apisonadora. Así que era indudable que la ruta africana/atlántica se iba intensificar y Canarias, por su cercanía al continente africano, iba a estar en el ojo del huracán.
Hace ya varios meses que llevo avisando de que nos íbamos a ver inmersos en una grave crisis migratoria, y me encontré con que en algún pleno del Cabildo de Lanzarote, la presidenta, Mª Dolores Corujo, afirmó que no estábamos ante tal situación.
El tiempo me ha dado la razón con unos datos demoledores: 16.760 personas han llegado a nuestro Archipiélago y, lo que es peor, hemos asistido y seguimos asistiendo a un verdadero y vergonzoso escándalo político, con la descoordinación entre las instituciones a la hora de tratar el traslado de los inmigrantes.
La imágenes son rompedoras. Ver a los inmigrantes deambulando por la Plaza de la Feria y la mirada incrédula de la sociedad canaria, solo demuestra que no es una simple falta de entendimiento entre instituciones. Va mucho más allá; se ha evidenciado que el verdadero problema es que no han sabido afrontar la magnitud de las circunstancias, que no saben cómo actuar. Y ésta es la peor situación que nos podíamos encontrar.
El desfile de autoridades ministeriales por Canarias solo ha hecho que la sociedad canaria se indigné aún más ante la falta de empatía del Gobierno del Estado, gobernado por PSOE-Podemos.
Las cuestiones son básicas y la hoja de ruta clara: traslado de inmigrantes a otras partes del territorio, funcionamiento del SIVE, incrementar la presencia del FRONTEX, activar la vía diplomática de España y la Unión Europea y fomentar planes de desarrollo en los países emisores de migración.
El Gobierno del Estado ha mirado para otro lado abandonando a Canarias y, mientras sucede todo, el Gobierno de Canarias y el Cabildo de Lanzarote están como espectadores, sin defender a esta tierra, nuestra tierra, sin alzar la voz y convirtiéndose en cómplices de la inacción del Gobierno central.
Para defender este Archipiélago sin estar preso de cuestiones partidistas, hace falta una valentía que ahora mismo el contexto exige más que nunca.
Esta tierra se está viendo sometida al más puro ostracismo y nos están abocando a toda la sociedad canaria a un límite peligroso de tensión social sin precedentes. Sin la llegada de turistas no hay economía, sin economía no hay recursos de empleo y sin empleo se dispara el paro y los ERTES encubiertos.
Todo esto, unido a la pandemia en sí y a la reactivación de la ruta migratoria, convierte a Canarias en una peligrosa olla a presión.