Opinión

Buscar soluciones, no confrontaciones

Durante estos años que llevo al frente de la Alcaldía de Teguise creo que he demostrado, por activa y por pasiva, que me preocupan y me ocupan los problemas de este municipio y de su gente. No han sido años fáciles; ni los primeros, en medio de una crisis económica financiera, ni ahora, en medio de una pandemia, pero ninguna de estas adversidades han restado ganas e ilusión ni a mí ni a mi equipo, que considero que hemos demostrado capacidad para detectar los problemas e ingenio suficiente para armar políticas y aunar recursos para solucionarlos. 

No entendemos la política de otra manera, y por eso no comprendo a aquellas personas que se plantean la política, y menos aún la local, como un artificioso juego de palabras, insultos y actuaciones desgastadoras. Si les propones una solución, prefieren la otra. Si le propones la otra, prefieren la una. Y si les das las dos, ya no quieren ninguna. Se mantienen alejados de los problemas reales de los vecinos y de las soluciones posibles como si se pudiera estar en política, exclusivamente, para vivir del cuento, olvidándose por completo de las cuentas, de los vecinos y de sus necesidades.

La ciudadanía del municipio de Teguise nos volvió a dar, por segunda vez consecutiva, la mayoría suficiente para gobernar sin necesidad de pactos, depositando de nuevo en el equipo actual, toda su confianza. Al poco tiempo, apenas ocho meses después de continuar con lo planificado, se declaró una pandemia que cambió nuestra forma de vivir y tensionó hasta extremos insospechados nuestra economía, con la población confinada y sin turistas en la isla. Ante este panorama, nos hemos empeñado en encontrar nuevas fórmulas para garantizar que la ciudadanía no pierda ni los derechos ni el bienestar que tanto nos ha costado construir y lograr entre todos. 

Fiel a mis principios, siempre he antepuesto la solución de los problemas a cualquier otra cosa, incluida a la confrontación partidaria, con el ánimo de tender puentes y no quemarlos. El mismo ánimo que me llevó a reflexionar en voz alta en una entrevista de radio local, donde se sitúan mis declaraciones de días atrás, en las que expresaba mi intención de invitar a todos los grupos con representación en Teguise a conformar un gobierno de concentración, en el que todos tendríamos la oportunidad de ir de la mano y participar en la recuperación de la normalidad sanitaria, economía y social del municipio. 

Sin tan siquiera haber formalizado esta propuesta, fruto de la responsabilidad y no de la ocurrencia, me ha sorprendido cómo ha sido inmediatamente rechazada por el portavoz socialista en la oposición, el Señor Bergaz (también consejero cabildicio), que a tenor de su rotundo comunicado, prefiere, claramente, los cuentos a las cuentas. Prefiere entretenerse y deleitarnos con su pedante verborrea, que ponerse a trabajar en serio. Y me consta que le encanta la política, la pantalla mediática que la labor pública le otorga, el excesivo juego de palabras, algún torpe chascarrillo, y en ocasiones, el insulto fácil o la descalificación personal hacia sus rivales políticos, a esos a los que rechaza toda oportunidad de solventar los problemas de Teguise y de su gente para, simplemente, airearlos para su único regocijo.

No seré yo el que le diga al principal representante del Partido Socialista de Teguise cómo responder a sus vecinos y vecinas, pero sí le diré que esta no es la forma en la que yo entiendo la política, y menos aún en estos momentos donde las peleítas electorales no aportan absolutamente nada, porque ahora no toca, prueba de ello es la estupefacción con la que España observa atónita un terremoto institucional difícil de justificar por la clase política que está poniendo patas arriba esta pandémica legislatura con mociones o convocatorias de elecciones in extremis, entre otros movimientos estratégicos que me temo no buscan el bien común. 

Lo que sí toca (ya sea en Murcia, Madrid o Pekín) es arrimar el hombro y sumar fuerzas para ayudar a los teguiseños y teguiseñas a reactivar nuestra economía local, para atender a nuestros jóvenes y a nuestros mayores, para ayudar a la empresa local, al autónomo, y a todo aquel que nos necesite.

Por todo esto, sigo pensando en que podría ser una buena opción constituir un gobierno donde estemos todos sin excepción, en el que pongamos todo en común y consensuemos las actuaciones e iniciativas a emprender. Una lástima que sin escuchar la propuesta, la reacción haya sido esta: críticas vacías de contenido y el enésimo intento de desacreditar al alcalde de Teguise ¿Seguro que ese es el camino? ¿Es lo que nos piden nuestros vecinos y vecinas? Estoy totalmente convencido de que no.