El hecho de que un año antes de las elecciones se rompan todas las vías de colaboración política entre partidos, con el solo objeto de desacreditar la gestión del adversario, es algo que forma ya parte de la insoslayable ...
El hecho de que un año antes de las elecciones se rompan todas las vías de colaboración política entre partidos, con el solo objeto de desacreditar la gestión del adversario, es algo que forma ya parte de la insoslayable lógica política.
Pero que ciudades como Arrecife vean eternamente frustrados sus procesos de regeneración urbanística es algo que ni la capital de la isla ni sus habitantes pueden permitirse.
Si algo hay que reconocerle a la actual alcaldesa y a su equipo de gobierno es el hecho de haber afrontado el replanteamiento urbanístico de Arrecife. Con más o menos acierto, se han ofrecido proyectos concretos para zonas clave del entorno capitalino, algo que puede parecer irrenunciable pero que, por los motivos que sean, no ha sido llevado a cabo durante décadas.
Prueba de ello, y no sin graves escollos en su itinerario político, la reforma del Gran Hotel y sus zonas aledañas han permitido ya recuperar para la ciudadanía un enclave que alcanzará mayor realce con el reestreno del islote del Amor. Una todavía incipiente peatonalización del centro es otro paso necesario en el camino hacia una ciudad más moderna y accesible.
Quedan aún infinidad de carencias: la nueva marina, la rocar y el mil veces implorado auditorio, la zona del puerto y, evidentemente, la mejora de las infraestructuras en los barrios. No por menos comentada, la conversión en rambla de la actual circunvalación es otra alternativa muy a tener en cuenta para una regeneración completa de la morfología urbanística de Arrecife.
Los planeamientos urbanísticos como el Plan General de Ordenación Urbana o el Plan Especial de la zona portuaria (P.E.P.A), son herramientas sine qua non para acometertan imprescindibles e imperiosos retos. Sin embargo, los partidos políticos parecen incapaces de ofrecer la responsabilidad suficiente como para labrarse un consenso en dichos proyectos de interés general.
El Plan Especial del Puerto de Arrecife ha sido recientemente aprobado con el apoyo del grupo de gobierno (APEL y CC) y del PSOE y se abre así un horizonte de futuro para la zona de Naos. Queda ahora la incógnita de si será posible sacar adelante el Plan General en la presente legislatura, objetivo del que no desespera la concejalde Urbanismo Nuria Cabrera.
No parece demasiado congruente que quienes integraban el pacto de gobierno hace apenas un año, y que postulaban a favor del Plan General, se conviertan ahora en opositores frontales al mismo por mor de la tradicional dinámica política. Tampoco merece aplausos que la minoría opositora contemple el Plan General como una simple arma mediática a costa del desarrollo de la ciudad.
Es hora de que el interés general se sitúe por encima del interés político y de que los partidos acrediten la cuota de responsabilidad exigible para sacar adelante un Plan General que debe sentar las bases de una nueva Arrecife. Que la ciudad ofrece múltiples posibilidades no lo duda nadie; que la clase política sea capaz de facilitarlo es harina de otro costal.