Es el momento de los indomables, de los que están dispuestos a tomar el futuro en sus manos y hacer de él, algo que merezca la pena ¿quién dijo miedo?. Vamos a por todas. Que nadie pueda decir, que me quedé atrás, ...
Es el momento de los indomables, de los que están dispuestos a tomar el futuro en sus manos y hacer de él, algo que merezca la pena ¿quién dijo miedo?. Vamos a por todas. Que nadie pueda decir, que me quedé atrás, escondido, sin dar la cara. No, esta vez, no.
Ahora, por fin, ha llegado el momento de concentrar toda esa rabia, descontento y decepción que nos ha estado oprimiendo, durante estos cuatro años, y dar un puñete en la mesa. Pegar el cambio.
Que nuestro gesto, el de depositar nuestro voto en la urna, sea un gesto distinto al de siempre, con firmeza y determinación, pero también, reflexivo y consciente.
Una decisión, que ha de ser diferente a lo que mayoritariamente se ha venido realizando. Una determinación de cambio. Ya está bien de quejarse y no hacer nada, para remediar la situación. Peor aún, continuar con las mismas actitudes y permanecer con los brazos cruzados y que sean, los de siempre, los que tomen las dediciones por nosotros.
Se ha venido votando, de forma permanente y casi histórica, a los mismos partidos y vemos, cómo la realidad, es cada día peor. Ha llegado el momento de tomar dediciones eficaces y coger el toro por los cuernos. Decir, de una santa vez, ¡hasta aquí hemos llegado!. Se acabaron las medias tintas, ya no nos sirven los remedios de casi toda la vida. Tenemos que tomar la delantera. Que nadie nos quiera meter miedo, ni nos traten como ignorantes. Cambiar, a los que nos han venido gobernando de forma sistemática, es posible, podemos. Con criterios de cambio profundo, en las formas y en los conceptos. Ya no sirve eso de que lo que importa es planificaciones en las alturas. Lo que se ha de hacer, es mirar a la calle y tomar decisiones para los que están en ella. No me sirven los puertos deportivos, mientras existan colas en Cáritas para solicitar un plato de comida. ¿Cuántos en Arrecife, tienen yates?. ¿Qué es eso de un icono? Mientras las calles de Argana, se inundan cuando caen cuatro gotas.
Vamos a dejarnos de tanto sueño millonario y bajar a la tierra, que es donde andamos todos y tomarnos en serio, y de una vez, los problemas reales de la capital. Esos problemas que tenemos, cada día, en la puerta de nuestras casas. Esos que nos incomodan en nuestros quehaceres diarios. Arrecife, no sólo vale para vivir, también hay que vivirla.
Alternativa Ciudadana, se merece una oportunidad, la pedimos. Queremos poder demostrar que lo que planteamos, se puede realizar, ¡podemos hacerlo!, no tengamos miedo a tomar esa decisión.
Un cambio profundo, en las mentalidades de los votantes es necesario, tanto, como sustituir a los gobernantes de siempre. Con coraje y determinación, se puede hacer. Entre todos, podemos descubrir, que lo normal, que ganen los de siempre, cambie.
También, los pequeños, se hacen grandes, crecen aprendiendo, que es posible otra forma de gobernar.
En Alternativa Ciudadana, tenemos el convencimiento de que por una vez los ciudadanos nos tomarán en cuenta, nos den ese apoyo necesario, para demostrar que lo que decimos no es palabrería de gente aburrida. Tomar dediciones, apostar por el cambio, de forma valiente y decidida, es un riesgo que vale la pena. Es imposible, que se pueda hacer peor, de lo que se ha venido haciendo.