Los sindicatos CCOO y UGT han firmado con la CEOE y CEPYME el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). Su contenido principal es establecer un marco para la negociación de los convenios con un aumento salarial del 4% para el 2023 y el 3% anual para 2024 y 2025. Si la inflación superara esos índices habría una cláusula de revisión de hasta el 1% más. Los aumentos no están garantizados ya que habrá que negociarlos convenio a convenio. El IV acuerdo se firmó para los años 2017 y 2020, por tanto, deja fuera los dos años de mayor inflación 2021 (6,5%) y 2022 (el 5,7%). Por el camino se pierde un 12,2%. Es decir, mientras los salarios han tenido una evolución descendente, los beneficios empresariales casi se duplicaron en el año 2022, y no hace falta entrar en detalles ofensivos sobre los escandalosos beneficios de la banca o las eléctricas.
Tenemos claro que estas recomendaciones afianzan aún más la pérdida del poder adquisitivo que lleva sufriendo la clase trabajadora. Además, como es sabido, este acuerdo no es vinculante, solo una recomendación, un pacto de máximos que ni siquiera van a aplicar a millones de trabajadores; que ni siquiera se van a ver afectados por este acuerdo, que ya es malo de por sí, porque esas subidas no son vinculantes. Desde nuestro punto de vista, es una constatación del nivel de entrega a la desmovilización y domesticación de estos sindicatos, una sumisión al poder económico que no tiene precedentes.
Tras más de un año anunciando huelgas con consignas como “Salario o conflicto” y “otoño caliente”, CCOO y UGT regalan un acuerdo a la patronal que parece diseñado a la medida de los empresarios. Un acuerdo vacío, con unas subidas inferiores a la inflación y que ni siquiera obliga a los empresarios a respetar estas subidas. Es decir, estos sindicatos firman un pacto que en realidad es una declaración de intenciones, sin obligación de trasladarse a los convenios colectivos. En cada empresa y en cada sector, los empresarios decidirán si siguen la recomendación de este acuerdo o no la siguen.
Este acuerdo, va a suponer un retroceso para la mayoría trabajadora, hace que la situación laboral y social empeore de forma continuada y sistemática, creando una realidad cada vez más crítica. Otro miserable regalo a la patronal para que lo pague los trabajadores. Nos parece una burla.
Exigimos a quienes se hacen llamar representantes de los trabajadores no hagan del “diálogo social” la fosa común donde se entierran derechos laborales y sociales.
Esta nueva traición a los trabajadores del Estado español acaba de un plumazo con la recuperación de poder adquisitivo por el que estos «sindicato de clases» decían luchar el pasado 1° de mayo, hace apenas quince días. Denunciamos este nuevo atropello a los derechos de las personas trabajadoras y exigimos medidas urgentes que hagan que, llegar a fin de mes, no sea una agonía para miles de familias.