El Plan Insular de Ordenación del Territorio de Lanzarote (PIOT) cumple 30 años de vida en estos días. Fue el primero de Canarias y vino a poner orden en el deterioro paisajístico y medio ambiental ocasionado por el crecimiento turístico excesivo y descontrolado que sufría la isla en aquella época, lo que dio lugar a que nuestro recordado César Manrique pusiera el grito en el cielo en varias ocasiones.
Al ser un instrumento de planificación territorial que ordena integralmente el urbanismo de la isla, el PIOT de Lanzarote se convirtió en una seña de identidad de las y los socialistas promovido bajo la presidencia de Enrique Pérez Parrilla (1987-1991), entrando en vigor tras una aprobación provisional unánime por parte del Pleno del Cabildo. Costó, pero se consiguió el consenso, una tarea en la que sobresalió el redactor del PIOT, Fernando Prats Palazuelo.
No es muy difícil imaginar cómo sería ahora la isla sin el PIOT. Tan solo pensemos por un momento que anuló cerca de una veintena de planes urbanísticos, desclasificó más de 250.000 plazas turísticas y protegió el conjunto del territorio insular. También estableció un techo máximo al crecimiento de plazas turísticas y residenciales en las zonas turísticas, así como un ritmo anual para alcanzarlo.
El PIOT se adelantó al fijar el concepto de capacidad de carga desde el punto de vista territorial, regulando la cantidad y calidad del turismo, y, desde entonces, se concibe la isla como un todo y no como la suma de siete municipios. Por si fuera poco, en Lanzarote no se aprueban nuevos planes parciales con fines turísticos desde el año 1991.
Pero, a la vez que debemos tener presente lo que ha supuesto el PIOT, después de tanto tiempo de su vigencia ha llegado el momento de revisarlo para contar con un nuevo Plan Insular de Ordenación de Lanzarote (PIOL). Debemos diseñar el PIOL del futuro en base a un nuevo y amplio consenso desde la certeza de que ya contamos con un modelo territorial básico de isla, y que fue definido hace 30 años.
Tampoco resulta difícil imaginar cómo debe ser el nuevo PIOL. Sabemos que el turismo de masas no es la solución y que no podemos crecer indefinidamente, así que estoy convencida de que el nuevo PIOL debe respetar el modelo instaurado en 1991 y establecer nuevas medidas que ordenen el territorio. Pero, a la vez, ha de impulsar un desarrollo económico diversificado y compatible con la protección de nuestro frágil paisaje.
Nuestros esfuerzos ahora se centran en la recuperación del turismo, la actividad económica y el empleo para que las empresas y familias afectadas por la pandemia recobren su pulso vital. Pero nuestra mirada debemos empezar a ponerla en un nuevo PIOL, aprendiendo de los incumplimientos que todavía colean y reestableciendo la legalidad urbanística y territorial vulnerada.
María Dolores Corujo Berriel, presidenta del Cabildo de Lanzarote