Los alojamientos turísticos esperan alcanzar la recuperación total este verano, pero muchos de ellos ya han empezado a superar las cifras de 2019 en algunos indicadores.
Sin ir más lejos, alojarse ya cuesta 14 euros más que antes de la pandemia, con un precio de 86,67 euros la noche, frente a los 72,77 euros de 2019, lo que les ha llevado a ingresar, junto con unos buenos datos de ocupación, casi cuatro millones de euros más, según la Encuesta de Alojamiento Turístico del ISTAC, recogida por el Centro de Datos de Lanzarote.
Concretamente, alojarse en hoteles cuesta 98,30 euros la noche y en apartamentos 58,37, unos 40 euros menos de media en estos últimos. A pesar de que la tarifa media diaria caiga en mayo como de costumbre, al ser una época de limbo entre las vacaciones de Semana Santa y las de verano, este indicador ha conseguido hacer frente al descenso en las plazas ofertadas (61.457), en las pernoctaciones (1.279.350) y en el número de turistas alojados (210.793).
En cualquier caso, aunque el precio se haya incrementado, la ocupación no se ha visto afectada, con el 75,46% en mayo, 3 puntos más que en el mismo período de 2019. Además, en términos de ingresos totales, estos también descienden en 10 millones en un mes, con 50.587.445 euros, pero consiguen superar las ganancias de antes de la pandemia, que fueron de 46,6 millones.
Una cifra llamativa, considerando que actualmente hay 73 alojamientos menos, puesto que en el mismo período de 2019 habían 285 establecimientos abiertos. Por tanto, se podría traducir que el aumento de ingresos es una consecuencia directa del incremento del precio de la tarifa media diaria de los hoteles y apartamentos y de la mantenida ocupación.
El empleo se queda a las puertas por los alojamientos extrahoteleros
Sin embargo, el empleo en el sector de los alojamientos turísticos se ha quedado a las puertas de la recuperación, incluso teniendo en cuenta los buenos datos de las afiliaciones a la Seguridad Social.
En el mes de mayo se registraron 9.686 trabajadores, de los cuales 7.848 pertenecían a hoteles y 1.838 a apartamentos, un dato que se acerca al de 2019, cuando habían 9.994, pero no consigue mejorarlo.
Esto ha sido una consecuencia directa del descenso en el número de trabajadores en los alojamientos extrahoteleros, que marcan una cifra de 1.838, frente a los 2.191 empleados de 2019. En cualquier caso, el empleo se encuentra en una tendencia ascendente, por lo que puede que alcance números prepandemia en verano.