La presidenta del Congreso de los Diputados, secretaria general del PSOE en Baleares y expresidenta del Govern Balear, Francina Armengol, ha intervenido este miércoles en Radio Lanzarote-Onda Cero con motivo de su visita a la isla para participar en un debate sobre el futuro del modelo turístico.
Baleares y Canarias son archipiélagos hermanos que han usado los avances, errores y aprendizajes del otro para aplicarlos a su propia evolución. Ya las manifestaciones del pasado 20 de abril en las islas atlánticas supusieron un efecto espejo para las islas mediterráneas, que arrancaron con nuevas movilizaciones en contra del turismo de masas y la especulación de la vivienda, entre otras premisas.
Durante los ocho años como máxima responsable del Govern, su grupo de Gobierno estableció un impuesto de turismo sostenible, aprobaron una moratoria de plazas turísticas, tanto vacacionales como hoteleras, llegaron a un acuerdo con la gran patronal de cruceros para restringir la llegada de cruceros al puerto de Palma, donde se producía "una invasión de la ciudad" y los comercios tradicionales se comenzaron a convertir en espacios de venta de souvenir. Además, restringieron el número de coches que podían entrar en Formentera, la isla más pequeña del archipiélago.
"Estábamos tomando medidas muy rápidas, algunas muy complejas, con valentía, porque tuvimos muchos problemas para tomar estas medidas. Tengo oposición empresarial, tuve mucha oposición política y nos llamaban turismofóbicos, pero la realidad es que fueron medidas que iban dando y van dando sus frutos", arranca en el matinal Buenos días, Lanzarote.
La tasa turística, una reivindicación histórica en Canarias
La andadura del archipiélago balear con la tasa turística comenzó en el año 2000, cuando el primer gobierno socialista, presidido por Francesc Antich (1999-2003), aprobó una ecotasa. Luego, cuatro años después, cuando el Partido Popular llegó al poder, la eliminó. No fue hasta el año 2015 cuando Francina Armengol se convirtió en presidenta de la comunidad, que recuperó esta iniciativa de forma renovada, a través del impuesto de turismo sostenible.
Baleares creó entonces una comisión donde se reunían diferentes actores implicados, como los sindicatos, grupos ecologistas, representantes de la agricultura y diferentes instituciones para saber en qué se invertiría.
"Es un impuesto que grava las estancias turísticas, también de las personas que vienen en cruceros. Ese dinero que recolecta la comunidad autónoma es un pago del turista, que sirve para restaurar los daños que produce el turismo intensivo en el medioambiente", explica Armengol.
Entre sus distintos usos, la ley balear recoge que su fin es, como su nombre indica, para uso medioambiental. Por ello, la recaudación durante sus años de presidencia se destinó "a restaurar los daños en un territorio frágil como es el de las islas", a invertir en depuración, desalación, restaurar el Patrimonio Histórico y Cultural, mantener parques naturales con programas de educación ambiental o proteger el mar.
"Luego, le dimos otras variantes. Nosotros pensamos que no solo se tiene que invertir en turismo, las islas tienen que ser capaces de tener una economía más diversificada", puntualiza Armengol. Por ello, apostaron por otros proyectos y destinaron parte del impuesto turístico sostenible a pagar las becas predoctorales y posdoctorales de la Universidad de las Islas Baleares y, por tanto, "a formar talento que se dedique a otros nichos de trabajo en nuestra comunidad autónoma".
Durante sus ocho años de mandato (julio de 2015-junio de 2023) y como su tercer vértice, a parte de la protección medioambiental y la diversificación económica, el impuesto turístico balear se destinó a la construcción de vivienda de protección oficial. "Es uno de los grandes problemas que tiene mi comunidad autónoma, el derecho a la vivienda y eso también va ligado con el tema turístico y por eso pensábamos, que el turista tiene que, con su aportación, hacer posible que la gente pueda vivir en la comunidad que él visita".
La gallina de los huevos de oro
"La realidad es que en equilibrio está la palabra clave", expone la actual presidenta del Congreso de los Diputados, "es verdad que necesitamos turismo en estas comunidades en las que tenemos nuestra economía muy ligada a este sector servicios, pero también es verdad que no puedes matar la gallina de los huevos de oro".
Para la expresidenta del Govern Balear, "una experiencia turística si está totalmente saturada tampoco no es agradable". Mientras tanto, resalta la importancia de pensar en la población residente. "No tiene que tener la sensación de que le sacan de su casa, de su espacio público, de su barrio, de su forma tradicional de vivir, y por tanto, ese choque existe y es una realidad. Por tanto, hay que tomar medidas y hay que ser valiente", continúa.
En la actualidad, el problema de la vivienda es, para Armengol, "el más acuciante" que sufre el archipiélago balear. La tormenta perfecta en las cuatro islas surgen de combinar "el encarecimiento de todo", con "el problema turístico y el problema de venta de muchísimo patrimonio que compran residentes de todo el mundo, con muchísimo dinero". Todo ello, "hace imposible que un ciudadano con un salario, incluso con un salario medio, pueda acceder a una vivienda en régimen de alquiler, ya no hablamos de compra. Esa es la realidad que estamos viviendo y, por tanto, nosotros tomamos medidas, pero hay que seguir tomando medidas".
Así, achaca al nuevo equipo de Gobieron, liderado por la popular Marga Prohens, el haber parado "los proyectos de viviendas de protección oficial". Mientras que durante su legislatura, blindaron la vivienda de protección oficial eliminando la posibilidad de lanzarla nuevamente al mercado, la convirtieron solo al régimen de alquiler social, pagando como máximo un 30% de la renta del arrendatario y sacaron promociones que priorizaban el acceso de la población joven. Sin embargo, aún así no se pudo resolver el problema de acceso a la vivienda.
Requisitos a los hoteleros
En su apuesta por la reducción del impacto turístico en las islas, Francina Armengol aprobó una moratoria turística de plazas hoteleras y viviendas vacacionales. Además, promovió una iniciativa que obligaba a los hoteleros a dar de baja dos plazas turísticas para poder renovar u obtener una plaza nueva.
Esta Ley Turística, que fue pactada con sindicatos y con el empresariado, obligó a los hoteleros y a vacacionales a "tomar medidas para la circularidad" y "presentar cada cinco años" un expediente que recoja cómo gastan el agua, la energía y a corregir la sobredemanda. Así pues, de forma obligatoria tienen que pasar todas las calderas eléctricas a calderas con energías renovables o la instalación de camas elevables en los alojamientos para facilitar la labor de las trabajadoras.
Francina Armengol: "Las kellys acacaban con unas enfermedades que son evitables porque existe la tecnología para evitar esa enfermedad profesional"
"Las kellys acacaban con unas enfermedades que son evitables porque existe la tecnología para evitar esa enfermedad profesional. Eso es una realidad muy objetiva, que no parece posible que la industria turística no haga eso cuando cualquier industria, pues protege a sus trabajadores y trabajadoras ante cualquier enfermedad", señala la secretaria general del PSOE en Baleares. "No es lógico que por ser mujer una camarera de piso tenga que terminar su vida con una enfermedad profesional, cuando si trabajas en la industria del automóvil tienes protección para hacerlo", continúa.
En este momento, Canarias financiará el cambio de los hoteles a camas elevables. Sin embargo, desde Baleares ayudaron "en una parte con esa financiación, pero están obligados y la subvención no les cubre sobre todo lo que podamos hacer". Entonces, "la idea era analizar la carga de trabajo que tiene cada categoría de trabajador, hacer un estudio de carga y reducir la carga del trabajador, contratando a más gente, no haciendo más horas", aunque confiesa que el nuevo grupo de Gobieron, encabezado por el PP, ha paralizado estas inspecciones.
Armengol defiende que durante sus dos legislaturas consecutivas subieron un 25% los sueldos de los trabajadores en la hostelería, mientras el Govern le ofrecía más formación profesional ligada a la hostelería y abrieron una Escuela de Hostelería en Ibiza.
Mientras tanto, en la actualidad, expone que el Grupo de Gobierno conservador, liderado por el Partido Popular, ha promovido un decreto ley que "hace amnistía a las ilegalidades en suelo rústico, que promueve más alquiler vacacional en zonas protegidas, que deja volver a construir en zonas inundables. Esa es la realidad, los hechos. Luego, las palabras están siendo otras".