El cocinero Pedro Santana se crió en el interior de uno de los negocios más emblemáticos de Playa Blanca, Casa Brígida, que además de casa familiar, ofrecía comida y hospedaje antes de la llegada del turismo.
Fue un negocio pionero de la hostería en Lanzarote, donde a menudo comieron y se alojaron personajes ilustres como César Manrique, Pepe Dámaso o Manuel Jordán. En una entrevista en el espacio radiofónico Más de Uno Gourmet de Radio Lanzarote, Santana repasa su historia e invita al restaurante heredero de esa tradición, La Cocina del Puerto-Casa Brígida, que regenta en la actualidad.
- ¿Cómo fue tu infancia en Playa Blanca?
Del vientre de mi madre ya se sabía que iba a salir un cocinero. Teníamos mucho trabajo, con cinco ya servía mesas con mi madre. La historia de Casa Brígida tiene más de 50 años. Mi padre fue marinero hasta los 20 años y después comerciante de pescado. Él nos ayudaba a preparar el pescado. Mi madre estaba en la cocina y tratando con los clientes. Mis hermanos y yo ayudábamos en todo lo que se podía, lo que era una familia de Lanzarote de las de antes.
- ¿Qué recuerdos tienes de clientes ilustres como César Manrique?
César Manrique era muy amable, muy cariñoso. Venía con amigos de Madrid y comían lo que hubiera. La oferta era un poquito limitada, pero teníamos marisco, clacas, lapas…
Me acuerdo que don Manuel Jordán me llevaba a mariscar con él, y llegaba a casa y se metía en la cocina. El cliente entonces se integraba, formábamos con los clientes una gran familia.
- ¿Cómo fue la llegada del turismo extranjero?
Llegaban los extranjeros y mi madre no sabía nada de idiomas. Mis hermanas sabían un poquito, pero eran más tímidas. Mi madre cogía el calendario, les daba las llaves y les cobraba por anticipado por si acaso (risas). Y los clientes extranjeros repetían de año en año.
- ¿Y el momento en que tomaste las riendas de Casa Brígida?
Cerramos la antigua Casa Brígida a la entrada del pueblo y abrimos en Marina Rubicón. El día que nos fuimos de Marina Rubicón el restaurante estaba lleno.
- ¿Por qué cerraste el Casa Brígida de Marina Rubicón para abrir en el Puerto?
Me costó mucho, pero después de la pandemia todo cambió. Me pregunté: ¿para qué tanto sacrificio si puedo estar en otro sitio más pequeñito con más tranquilidad? El tiempo que no le dediqué a mis hijas se lo estoy dedicando a mi nieta.
- ¿Qué podemos encontrar en tu restaurante?
Cocina tradicional, aunque ahora le damos al plato un toque un poquito más moderno, más de cocina actual. Siempre cocina de mercado, cocina marinera.
- ¿Qué productos de Lanzarote incluyes en vuestros platos?
Trabajamos con batatas de Lanzarote, tomates, siempre que los hay, pescado… El sector primario de Lanzarote es un orgullo, pero con los problemas del agua, hay fincas que han dejado de cultivar.
Ahora mismo estoy consumiendo una zanahoria de Lanzarote, por la que se paga más, porque lo vale. Su sabor es increíble. Y el comensal lo valora si tu le explicas de dónde viene.
Y con el pescado igual. Aunque cobres un poquito más, si ofreces pescado fresco, bien cocinado, con buen aceite de oliva… y acompañado con vino de la isla.
- ¿Qué horario tiene La Cocina del Puerto, hay que reservar?
De miércoles a domingo. Ahora está más tranquilo, pero de cara al verano es mejor reservar, así llegas con tranquilidad y tienes tu mesita ya preparada.
- ¿Qué opinas de la transformación de la gastronomía de la isla en los últimos años?
Ha subido mucho. Saborea Lanzarote le ha dado mucha visibilidad a la isla y a su gastronomía. Hay muchos restaurantes en Lanzarote que pueden sacar pecho. En Famara, en Playa Blanca, en Costa Teguise, en El Golfo…