Emprendedores

Nacho Nanni: “El Risco de Famara inspira nuestras piezas”

Nacho Nanni y Yaiza Sepúlveda explican cómo decidieron dar el salto empresarial para crear piezas únicas, con piedras preciosas, que se venden por miles de euros, en una entrevista con Ekonomus

Yaiza Sepúlveda y Nacho Nanni en su taller de Caleta de Famara.

La pareja formada Nacho Nanni y Yaiza Sepúlveda decidió hace siete años dar el gran salto desde la producción de anillos de unos pocos euros a la alta joyería de piedras preciosas y semipreciosas, que engarzan a mano con mimo, cuidando cada detalle, para crear piezas únicas.

En una entrevista con Ekonomus explican cómo la isla de Lanzarote inspira su obra y animan a los jóvenes lanzaroteños que quieran dedicarse a la joyería a seguir su sueño, porque “en Lanzarote hay mercado para muchos más”, siempre que eviten la inmediatez y se capaciten. 

 

  • Nacho, ¿Cómo te formaste en joyería? 

Aprendí de manera autodidacta. Mi abuelo era joyero, él no me enseñó, pero desde que tenía seis años yo ya estaba en su taller jugando. 

 

  • ¿A qué te dedicabas antes y cómo decidiste empezar a crear joyas?

Yo era escultor, siempre tuve facilidad para trabajar con las manos. Un día me puse a doblar un alambre para hacer una bicicleta, como las que hacía el padre de Torrente en la película, para pagar, con la venta, una travesía de cicloturismo que estábamos haciendo y no tener que tirar de ahorros. Una chica que vio la bicicleta me dijo: ¿por qué no me haces un pendiente? Así empecé. 

 

  • ¿Cómo llegaron a Lanzarote?

Y: Yo soy de Madrid, pero llevo en Lanzarote 20 años. Vine a ver a una amiga y me quedé. Conocí a Nacho en Gran Canaria y se vino a Lanzarote conmigo hace ocho años.  

N: Mi bisabuela era de Gran Canaria y mi padre siempre quiso venir. Yo llegué hace 24 años después del corralito argentino y llegué con lo puesto. Hacía esculturas y me traje los moldes, me fue muy bien, aquí el arte se paga bien. 

 

"Lo que más me gusta de esta profesion es el perfeccionismo. La joyería me permite estar en los detalles"

 

 
  • ¿Qué es lo que más te gusta de la profesión de joyero? 

El perfeccionismo. La joyería me permite estar en los detalles, que la gente descubre luego.

 

  • ¿Cuántas piezas hay de cada diseño y qué metales se emplean?

Y: Solo hay una. No utilizamos moldes. Puedes, entre comillas, repetir el diseño, pero el resultado siempre va a ser distinto.

N: Usamos oro y plata para vestir la piedra. 

 

  • ¿Cómo consiguen las piedras?

N: Comprar la piedra no es fácil. Porque no compramos piedra grande, sino de colección. Hay gente que se dedica a tallar piedras y cuando aparece una bonita la aparta y va a subasta. 

Allí pujamos entre 20 y 50 joyeros del mundo y pagamos veinte veces más de lo que vale esa piedra, sólo por el tipo de veta que muestra una vez pulida. 

 

  • ¿Cuáles son los países de origen más habituales para cada una de las piedras?

Y: El rubí viene de Sri Lanka, el ópalo de Australia, la turmalina de Afganistán, la piedra luna, de la India. Todo lo que es diamante y piedra de color, como las esmeraldas, las compramos directamente a un gemólogo de Madrid.

 

"Al principio hacíamos anillos de entre cinco y cuarenta euros. Nuestros anillos artísticos cuestan ahora entre 2.500 y 4.500 euros". 

 

  • ¿Cuál es la más cara de las piedras?

Y: La más cara es la esmeralda, pero invertimos más dinero en el ópalo, porque las esmeraldas que trabajamos son muy chiquititas. Una piedra preciosa grande, de un centímetro cuadrado, cuesta unos 100.000 euros en la subasta.

N: Lo que solemos hacer es poner una piedra muy buena, pequeñita, como el diamante, la esmeralda o el zafiro, en una piedra semipreciosa grande que suele ser ópalo, pero también puede ser piedra luna, turmalina, o turquesa. 

 

  • ¿Hay clientes que encargan piezas en las que la piedra principal sea preciosa?

N: Sí, pero en ese caso yo le explico al cliente las piedras que hay disponibles y si el cliente acepta, hace él mismo la compra. 

 

  • ¿Cómo dieron el salto a crear piezas de miles de euros?

N: Al principio hacíamos anillos de entre cinco y cuarenta euros, hasta que fuimos a la Cámara de Comercio a hacer un curso hace seis años. Allí, Pepe Fleitas (experto en emprendimiento), me preguntó ¿tú qué das Nacho? Le dije: yo soy joyero. ¿Pero qué das tú como persona? Yo soy perfeccionista le contesté. ¿Y estás haciendo algo con eso?

A raíz de esa conversación, decidí usar una esmeralda pequeñita y creé un anillo de 1.700 euros. Le puse toda la pasión. A la semana se vendió. Ahí arrancamos a lo grande. 

 

  • ¿Cuanto cuestan vuestras joyas más vendidas?

N: Los anillos artísticos están entre 2.500 y 4.500 euros. Luego tenemos una línea más económica de anillos más chiquititos,  de entre 200 y 350 euros cada uno.

 

"La joyería en general, o es muy clásica o es contemporánea, más artística, pero no es tan elaborada, ni con materiales tan caros. Hemos hecho una apuesta arriesgada,  la gente no suele ir por ahí". 

 

  • ¿De dónde son los principales clientes de la joyería? 

Y: Sobre todo mujeres del norte de Europa, de Alemania, Bélgica, Suiza…Nos conocen en el mercado de Teguise. Están de vacaciones y se sorprenden mucho de que tengamos piezas de oro y diamantes. 

 

  • ¿En qué se diferencian las piezas de Nanni de otras propuestas joyeras?

N: Hay muy pocas propuestas como las nuestras. Hoy la mayoría de las joyas se hacen con máquinas.

Y: La joyería, en general, o es muy clásica o es contemporánea, más artística, pero no es tan elaborada, ni con materiales tan caros. Hemos hecho una apuesta arriesgada, de gran inversión en material, la gente no suele ir por ahí. 

 

  • ¿Tomas inspiración de la isla? 

N: Del Risco. Tenemos la casa justo enfrente del Risco, en Famara.  La textura de las piezas se inspira en cómo se ve la piedra del Risco a la hora en que el sol se está ocultando y pega en el Risco. 

 

Nacho Nanni trabajando en su taller

 

  • ¿Qué es lo más bonito que te ha dicho un cliente?

N: Un día, unos clientes alemanes nos invitaron a comer afuera y en medio de la comida nos dijeron: "Estamos cansados de venir a Lanzarote, tienes que mudarte de isla porque cada vez que venimos de vacaciones elegimos la isla en la que estás tú”. 

 

  • ¿Qué consejo le darías a un joven que quiera dedicarse a la joyería?

N: Que evite la inmediatez. Fórmate, capacítate, profundiza en algo y cuando seas bueno y tengas un valor para dar, el dinero viene solo.

 

  • ¿Hay mercado en Lanzarote para más creadores?

Y: Claro que sí. Todo lo que sea distinto de lo que se está moviendo, va a tener sitio, se valora muchísimo. Si la pieza está bien hecha, si el material es bueno, En Lanzarote hay clientes que no tienen ningún problema en pagarlo. 

N: A nuestros amigos artesanos siempre los motivamos para que hagan menos cantidad y le dediquen más tiempo a cada cosa. Un joyero me dijo una vez, cuando termines una pieza, dedícale cinco minutos más.