Restaurar el patrimonio arquitectónico de Lanzarote no es tarea fácil. La arquitecta especializada en este tipo de edificaciones Patricia Betancort ya explicó en Ekonomus algunas de las principales dificultades.
“La adquisición de Villa Mora ha sido toda una odisea, el expediente para comprarla estaba desde el año 2013”, relataba el alcalde de Haría, Alfredo Villalba, durante una reciente entrevista en Radio Lanzarote-Onda Cero.
La propiedad, que consta de 8.000 metros cuadrados y está considerada por la Unidad de Patrimonio Histórico del Cabildo como inmueble de gran interés, ha sido adquirida por el Ayuntamiento norteño por un millón de euros.
Todos a una para recuperar el patrimonio de Lanzarote
En la actualidad, parece que todos los sectores se están alineando para recuperar el patrimonio arquitectónico de la isla.
Para empezar, la sociedad lanzaroteña cada vez es más consciente de la importancia de proteger la historia de Lanzarote como parte intrínseca de la identidad conejera, lo que se refleja en el impulso que las administraciones públicas están dando a este asunto.
Y para seguir, el patrimonio también es cada vez más relevante para los viajeros que visitan Lanzarote, lo que se nota, y mucho, en la iniciativa privada, que está recuperando edificios emblemáticos por toda la isla para crear hoteles únicos y restaurantes con personalidad.
El nuevo impulso por parte de lo público, se ha visto reflejado en el caso de Villa Mora.“El propietario tenía claro que quería que la Villa pasase a propiedad pública y se quedase con los harianos”, confirmó el alcalde. Según ha podido saber La Voz, el antiguo propietario había rechazado ofertas privadas extranjeras por al menos el doble de la cantidad pagada por el Ayuntamiento.
Una administración que se ha empeñado en los últimos tiempos en sacar este expediente adelante y que piensa seguir en esta línea: “No va a ser la única”, dijo Villalba, “pretendemos seguir fortaleciendo el núcleo de Haría, sobre todo los pueblos de interior que necesitan fijar población y mantener lsu idiosincracia y su historia”.
Y si hay una población, con permiso de La Villa de Teguise, en la que paseando uno se siente transportado a distintas épocas de la historia de esta isla, y de las personas que la habitaron, esa es Haría.
Un inmueble con prestancia
Villa Mora se distribuye en 25 habitaciones, dos baños, dos garajes, tres aljibes, patios, estancias para personal de servicio y amplias zonas ajardinadas con palmeras canarias y otras especies vegetales. Su exterior tiene elementos decorativos de estilo modernista.
La edificación pertenece a la llamada arquitectura culta y su construcción primigenia podría datar del siglo XVIII, aunque la mayor parte fue edificada en el siglo XIX. Su distribución obedece a las normas de construcción de un inmueble de prestancia, con zaguán de entrada, y antiguas losetas hidráulicas de colores.
Una bellísima puerta de hierro coronada en forma de arco de medio punto da acceso al patio, que presenta una galería cubierta que lo circunda soportada por columnas. Se conservan además los remates curvilíneos decorativos de los ángulos de esquina.
También se han conservado muchos muebles antiguos, de la época victoriana. Varias piezas de estilo oriental decoran el salón y los armarios conservan en su interior el empapelado original y toda una despensa con útiles de principios del siglo XX.
Villa Mora y la visita de Alfonso XIII
Para hacerse una idea de su antiguedad, la villa ya había sido restaurada cinco años antes de la visita de Alfonso XIII en 1906 a las islas, poco después de que España perdiera Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Hay una tradición oral, heredada de generación en generación, que cuenta que Alfonso XIII estuvo en Haría durante aquella visita y que fue invitado a Villa Mora.
Si ocurrió, la prensa de la época consultada por este periódico no lo reflejó. El corresponsal en Lanzarote del diario de aquel entonces, El Tiempo de Tenerife, en su edición del 5 de abril de 1906, cuenta que la isla de los Volcanes fue la última que visitó el monarca, ya que desde aquí regresaba a la península.
“En el Casino (de Arrecife) se le han preparado habitaciones. El Ayuntamiento ofrecerá un lunch, para el cual ha facilitado una rica vajilla el propietario don José Pereyra de Armas, quien también ha puesto su coche a disposición del Alcalde para ser utilizado por el Rey”, explicó el corresponsal poco antes de la llegada del monarca, lo que da buena idea de cómo funcionaban las cosas en la isla por aquel entonces.
Aunque algunas cosas no han cambiado tanto desde aquella época de esplendor en Villa Mora. En su editorial de aquel día en que Alfonso XIII estaba en Lanzarote, el mismo periódico se queja de que transportar un piano de Barcelona a Canarias "cuesta 20 duros, mientras que desde Liverpool cuesta 20 pesetas".