La cadena de supermercados Mercadona ha limitado la compra de papas para arrugar a dos kilogramos por cliente en sus tiendas de Lanzarote.
Además, en los carteles situados en las cajas ha informado a sus clientes de que "Mercadona no vende al por mayor". El objetivo de esta acción es limitar la compra para evitar el hacinamiento y la especulación con este producto tan usado en la cocina canaria.
Como ya hizo esta empresa con el papel higiénico al comienzo de la pandemia por coronavirus o hace solo un año con el aceite, ahora es el turno de las papas.
Las papas que se consumen en Lanzarote se importan desde Reino Unido en verano, pero la presencia de una plaga ha obligado a prohibir su entrada al Archipiélago. De esta manera, se han disparado las alarmas en Canarias ante el miedo de sufrir desabastecimiento o un encarecimiento en los precios.
Ante esta situación, un responsable de un grupo de restauración de la isla revela que desde hace "un poco más de una semana han decidido adquirir algo más de cantidad de papas". Con este objetivo y ante el temor de un alza de los precios, han optado por freír tandas de papas, envasarlas al vacío y congelarlas. Sin embargo, asegura que cada hostelero tendrá "sus fórmulas, dependiendo de sus recetas", pero que es una manera de anticipar una mayor subida de los costes.
Lo mismo le ocurre a Ricardo, un jubilado de la isla que mira con minuciosidad cada supermercado para poder encontrar los mejores precios, sobre todo en el aceite y las papas. Ante esta situación asegura que es "insostenible en el tiempo" mantener estos precios. "Hay oportunistas que cuando ven que una cosa es muy demandada y hay escasez pues tira para arriba los precios", concluye a La Voz.