La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha revisado a la baja su previsión de PIB para este año, situando el crecimiento económico en un 4,3%, lo que supone dos puntos menos que en su anterior estimación, que era del 6,3%, según publica el Informe de Presupuestos Iniciales de las Administraciones Públicas (AAPP) 2022.
Por su parte, la estimación de inflación también se dispara llegando al 6,2% en la actualidad, frente al 1,8% previsto en octubre, unos datos actualizados que se asemejan al recorte de previsiones establecido por Funcas, la Fundación de Cajas de Ahorros, el pasado mes de marzo, que marcaba el PIB en un 4,2% y la inflación en el 6,8% para este año.
El informe ha actualizado sus previsiones macroeconómicas y fiscales ante la incertidumbre que plantea el nuevo escenario macroeconómico, marcado por el conflicto bélico y las tensiones inflacionistas que no se veían desde los años setenta, con especial hincapié en los mercados energéticos. Tampoco se descarta que el impacto de la persistencia de la pandemia alargue aún más la escasez de suministros.
La AIReF señala que "las tensiones de precios están provocando una merma en la capacidad de compra de los hogares y en la competitividad frente al exterior, al tiempo que han propiciado un cambio de tono en la política monetaria y mayor volatilidad en los mercados financieros".
Además, el informe también reduce en seis décimas la previsión de déficit, pasando del 4,8% del PIB del informe anterior a 4,3% en este nuevo ejercicio. Esto se debe, principalmente, a la retirada progresiva de las restricciones por coronavirus, así como a la evolución de los ingresos asociada al ciclo económico y de los gastos no vinculados a la pandemia.
No obstante, las medidas implementadas para paliar los efectos de la guerra superan el efecto de las medidas tributarias incorporadas en los Presupuestos Generales del Estado, acortando dos décimas el descenso del déficit conjunto del país.
Ante este entorno inflacionista, la AIReF insta al Gobierno a establecer una estrategia fiscal a medio plazo que oriente y garantice, de manera realista y creíble, la sostenibilidad financiera de las AAPP, aunque apuntan que es inevitable que esa estrategia tenga que flexibilizarse en momentos puntuales por el escenario de incertidumbre económica.