Deportes

Los entrenadores homenajean a sus sufridas parejas

Por Francisco José NavarroCada año, aunque suene raro para muchos, los entrenadores que ejercen su difícil función en la isla de Lanzarote procuran tener un detalle con sus esposas ...

Por Francisco José Navarro

Cada año, aunque suene raro para muchos, los entrenadores que ejercen su difícil función en la isla de Lanzarote procuran tener un detalle con sus esposas o novias, un detalle que homenajea, según su criterio, la paciencia que tienen para aguantar una afición que no conoce de fines de semana libres o de largos puentes. Ellos mismos reconocen que durante la temporada, que ya se sabe que dura unos cuantos meses, las tienen "abandonadas", un abandono relativo, por supuesto, porque son conscientes del mérito que tienen.

En esta ocasión, los entrenadores, a los que también hay que alabar el gusto, eligieron para tan singular celebración el incomparable marco del Castillo de San José, uno de los mejores restaurantes de Canarias que forma parte de la insuperable red de Centros de Arte, Cultura y Turismo del Cabildo insular. Se trata, como saben todos aquellos que han tenido la oportunidad de visitarlo, de una auténtica joya, de una mezcla de fortaleza, museo y sala de restauración, donde se disfruta de una de las mejores cocinas de la Isla. A eso, se suma la atención de unos profesionales ante los que uno siempre se tiene que quitar el sombrero, lo lleve o no.

Fue una fiesta muy concurrida, hasta el punto de que se llenó el amplio comedor del Castillo. Al ir llegando los entrenadores y sus respectivas parejas fueron recibiendo, por parte de una organización que estuvo en todo, una rosa y un detalle, una figura de un duende que se balanceaba en un columpio que encandiló a las damas.

Las mesas se formaron en grupos de ocho. No se oyó una palabra más alta que la otra, y todo transcurrió en un ambiente de absoluta cordialidad y camaradería, con alegría, amistad y con mucho cuidado de que no les faltara detalle a las homenajeadas.

Entre los comensales estuvo Luis Chirino Marrero, presidente del Comité de Entrenadores, la consejera de Deportes del Cabildo, Francisca Toledo, Candelaria Ledesma Alonso, concejal de Deportes del Ayuntamiento de San Bartolomé, Luis Morales Cabrera, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Arrecife, Antonio Suárez Santana, presidente de la Federación Interinsular de Las Palmas de Gran Canaria, Victor Páez y Gabriel González, delegado del Comité de Entrenadores de Lanzarote. Todos, como explicaron a esta redacción, disfrutaron de un acto insuperable.

La cena del fin de semana al final se alargó más de lo previsto, y es que nadie se quería marchar. Estuvo compuesta por varios platos: primero, unos entrantes con la habitual presentación de lujo de los profesionales del Castillo de San José, a base de queso fresco de la tierra e higos pasados, puntillitas de calamar con gambas gabardina...; de segundo, llegó el plato de la noche, un solomillo con una salsa excelente; para postre, helado de nata y chocolate bañado en mermelada de fresa, una golosina no apta para los que no se cuidan, que no era el caso de ninguno de los presentes. No faltó el buen vino de la tierra, por supuesto.

La gente estuvo más que animada, en una noche única que concluyó con los correspondientes licores. Después, comenzó el periodo de las habituales alocuciones; el primero, Gabriel González, que dio la bienvenida a todos los invitados. Como es habitual en él, se saltó el protocolo y lo hizo todo con un sentido del humor increíble. Después intervino Luis Chirino, quien, como cada año, hizo el esfuerzo de venir desde Gran Canaria, animando a sus compañeros a seguir adelante con iniciativas de este tipo. Candelaria Ledesma dedicó unas palabras simpáticas para las sufridas parejas de los entrenadores, algo parecido a lo que hizo Luis Morales. Cerró el acto el presidente de la Federación de Las Palmas, quien animó igualmente a todo el mundo para que no se terminen estas celebraciones.

Al terminar las intervenciones, se entregaron los trofeos de la temporada. En la categoría alevín recayó en el Club Deportivo Arrecife, premio que recogió Juan José de León Machín; en la categoría infantil el premio fue para el Club Deportivo San Bartolomé, premio que recogió Felipe León Acuña; en la categoría cadete de primera los premiados fueron la Sociedad de Cultura Recreo y Deportes Torrelavega, premio que recogió Narci Padrón González; en la categoría cadete preferente el trofeo fue para la Unión Deportiva Lanzarote, premio que recogió Luis Rocío Bonilla; en la categoría juvenil de primera el trofeo fue para el Club Deportivo Torrelavega, premio que recogió Juan Rodríguez Rodríguez; en la categoría de juvenil preferente los galardonados fueron el Club Deportivo Teguise, distinción que recogió José Domingo Arrocha González; en la primera regional el premio fue para el Haría Club de Fútbol, un trofeo que recogió Francisco Díaz Romero. En lo que respecta a la mejor labor arbitral en el fútbol base, el más distinguido fue Oriol Pérez Barrios. La mejor arbitral en fútbol sala recayó en Francisco Robayna Viera. El equipo más correcto, el que mejor se ha portado durante la temporada fue el Santamaría de La Vega, un reconocimiento que recogió Marcial Hernández Cabrera. El octavo trofeo Julián Medina Betancor fue para Juan Antonio Machín Perdomo, quien recibió el premio de manos del propio Julián Medina Betancor.

A la conclusión de la entrega de trofeos, se llevó a cabo la habitual rifa, el sorteo de todo tipo de premios, momento en el que las risas acompañaron los rostros de todos los presentes en una noche algo más que entretenida. Al final, a un servidor, quien colabora como puede con estos entrenadores, me regalaron una corbata preciosa de la firma Pier Cardin.