Tribunales

Las obras del Fariones se inflaron para “eliminar la huella de los delitos previos”, según el socio de Rosa

Se duplicó el presupuesto inicial, con un sobrecoste de más de 16 millones de euros y con “pagos no justificados a día de hoy”, según la acusación, para generar "deudas artificiales"

El hotel Fariones de Puerto del Carmen, afectado por Costas.

Las recientes obras de reforma del hotel Los Fariones no solo incurrieron en incumplimientos urbanísticos, sino que también generaron un agujero económico en las cuentas de la sociedad, llegando a alcanzar un supuesto sobrecoste de más de 16 millones de euros, sin que esté claro que ese gasto fuera real. “Con esta actuación, los acusados pretendían eliminar la huella de los delitos previos”, sostiene el socio minoritario de la empresa, García Bravo e Hijos SL, en su escrito de acusación contra Juan Francisco Rosa y otros cuatro miembros de su familia.

Tanto la acusación como la Fiscalía subrayan que esa “aparente macroactuación edificatoria” se ejecutó “sin plan financiero, económico y mucho menos sin someterla a aprobación de la Junta General de accionistas”, de la que formaba parte García Bravo e Hijos SL, que considera que se realizaron “pagos no justificados a día de hoy”.

Además, las mismas empresas de Rosa a las que Hotel Los Fariones llevaba años prestando dinero o avalando en créditos, como BTL Lanzarote, terminaron apareciendo como supuestas acreedoras de la mano de esas obras.

Según la Fiscalía, se generó “una aparente deuda millonaria” con esas sociedades, “ahora prestamistas de la entidad”, que supuestamente financiaron “el importe restante del coste definitivo de las obras”, tras duplicarse el presupuesto.

 

“Deudas artificiales, ad hoc, carentes de control y justificación”

Cuando se inició la reforma, Hotel Los Fariones SA se encontraba en una “crítica situación financiera”, según sostiene la acusación, debido al dinero que los administradores habían estado desviando durante años a otras sociedades del grupo Rosa.

Así, Los Fariones SA no pudo disponer de sus propios fondos para acometer la obra y tampoco pudo acogerse a préstamos bancarios ordinarios, por lo que inicialmente tuvo que recurrir a “fondos buitre”. La acusación cifra en 2,6 millones de euros solo lo que tuvo que abonar de más en intereses de ese préstamo, teniendo también que constituir una nueva hipoteca sobre el hotel. Después, llegaron las supuestas aportaciones de otras empresas de Juan Francisco Rosa para cubrir los sobrecostes.

“El objetivo real de esta actuación rehabilitadora innecesaria, injustificada y carente de acuerdo válido societario que la avalase, no es otro que el de continuar con el vaciamiento patrimonial de Hotel Los Fariones SA., así como la imposición de hipotéticas deudas artificiales, ad hoc, carentes de todo tipo de control, supervisión y justificación”, añade en su escrito de acusación.

Además, subraya que “resulta llamativo” que BTL terminara siendo acreedora de Los Fariones SA, cuando esa empresa accedió en 2008 a un préstamo grabando para ello al propio hotel. “Sin esta carga, Hotel Los Fariones SA podría haber accedido a una adecuada financiación y evitar la dependencia del grupo Rosa”, subraya la acusación particular, que considera que esas obras de reforma son “un hito fundamental para conocer el modus operandi de los acusados”.

Al respecto, señala que “viendo la trama criminal en conjunto”, se aprecia “una hoja delictiva planificada” que pretendía “expulsar al socio minoritario”. 

“Una vez se destruye la solvencia de la sociedad, bien sea por el continuo vaciamiento patrimonial o bien por el quebranto de la capacidad financiera, la sociedad queda a merced de las sociedades del llamado Grupo Rosa”, concluye. Y es que los administradores, todos miembros de la familia Rosa, también recurrieron a diversas ampliaciones de capital presuntamente ilegales, con las que redujeron la participación de García Bravo e Hijos SL.

 

Recibió una subvención de más de 5 millones para las obras

El propio auditor se refirió en un informe a la “esperpéntica desviación de la obra”, según subraya la acusación particular en su escrito. Inicialmente, según la memoria del proyecto, el presupuesto era de 16.959.606,57 euros. Sin embargo, la empresa fue modificando esa cifra en la información que aportaba ante distintos organismos, como entidades bancarias y organismos públicos, ante los que pidió subvenciones para la obra.

Por ejemplo, en 2016 se acogió a incentivos regionales señalando que la inversión era de 27.359.236 euros (cerca de 11 millones más de lo presupuestado inicialmente), “lo que determinó el otorgamiento de una subvención a fondo perdido de 5.198.254,84 euros”. Además, en los documentos para solicitar un préstamo hipotecario elevó el coste de la obra hasta los 33.066.955 euros.

Después, ya durante la instrucción de esta causa, un informe pericial de parte, elaborado por la entidad PWC, aumentó aún más el supuesto coste de las obras, cifrándolo en 41.737.842 euros. En ese informe, sostenía además que BTL Lanzarote SL habría realizado unos “desembolsos dinerarios” de 23.359.593 euros y asumido unos “costes de mantenimiento y gestión” de 1.065.584 euros. 

“Esta conclusión se fundamenta en los datos 'extracontables' aportados por la entidad Hotel Los Fariones, S.A. que, sin embargo, son absolutamente desconocidos, incluso para el propio auditor, por lo que no existe justificación de su realidad”, señala la acusación particular.

A esto añade además el perjuicio que supuso el propio cierre del hotel, que se acordó “unilateralmente, sustrayéndolo del pertinente control y autorización de la Junta General de accionistas y sin plan de viabilidad alguno, en nuevo claro perjuicio del socio minoritario”.

“Las obras comenzaron a ejecutarse, con el cierre del hotel, en el mes de noviembre de 2016 y su finalización estaba prevista para mediados del año 2018, pero el retraso en la ejecución motivado por la total ausencia de ficha financiera previa, así como la ausencia de contratos de ejecución material con terceros, determinó que la reapertura del hotel Los Fariones se retrasara hasta el mes de septiembre de 2020”, añade la acusación particular, que insiste en que “la ejecución de las obras supuso unos pagos no justificados a día de hoy”, con los que considera que se intentaba disfrazar el vaciamiento previo que los administradores habían hecho de las cuentas.