La madre de Romina Celeste Miriam Rodríguez y su abogada, Emilia Zaballos, han intervenido este miércoles en Radio Lanzarote-Onda Cero después de que este pasado el Tribunal de Jurado dictara un veredicto de culpabilidad contra el homicida confeso de su hija Raúl Díaz Cachón.
"La gran tristeza es que no me pudieron dar de vuelta los restos de mi hija. Yo grité y lloré pidiendo ese pulmón, pero no pudo ser. Dicen que me lo mandan, pero cuándo, no lo sé", se lamentó en antena.
La madre de Romina Celeste se va "sin los restos de su hija. Volvemos a viajar de nuevo sin ellos", denunció la abogada Emilia Zaballos, quien afirmó que el problema viene del Juzgado que instruyó el caso en Lanzarote después de que el Instituto Anatómico Forense haya hecho un "fantástico trabajo".
La causa abierta contra Raúl Díaz Cachón juzga los episodios de violencia de género, el homicidio y la profanación del cadáver de la joven paraguaya residente en Lanzarote. El juicio está a la espera de la sentencia del magistrado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas.
Miriam Rodríguez relató que enfrentarse al juicio y tener en frente al homicida de su hija "fue el peor día de mi vida, muy fuerte, muy doloroso, se me partió el corazón". La mujer viajó desde Paraguay, su país de residencia, hasta Gran Canaria para asistir a todas las sesiones del juicio. Fue durante la última, celebrada este martes, cuando Miriam Rodríguez se sentó en audiencia pública justo detrás del hombre que mató a su hija. "Tenerlo ahí en frente y no poder hacer nada", dijo en el matinal Buenos Días Lanzarote.
"Estoy un poco más tranquila después del juicio de mi hija. Por suerte se hizo justicia y llegó a buen término porque hay muchos que no tienen juicio. Siempre tuve el apoyo de mi abogada y desde el día cero estuvo a mi lado hasta el final. Muy agradecida por eso", aprovechó Miriam Rodríguez para agradecer a Emilia Zaballos su colaboración.
Sobre las penas solicitadas por el Ministerio Fiscal y avaladas por el Tribunal de Jurado, Zaballo explicó que "estamos hablando de 15 años, desde que le aplicas el atenuante de reparación del daño, tienes que reducir. Además, en este país sale muy barato profanar un cadáver. Hablamos de delitos muy graves, con penas muy bajas. Eso es lo que sale. No se le ha regalado ni un solo día de libertad que no le pudiera corresponder y que, además, celebrándose juicio no se le hubiera condenado a la misma pena", ha relatado la letrada en su intervención en el matinal Buenos días, Lanzarote.
La tristeza para la madre sigue existiendo, pues no solo ha perdido una hija, sino que el homicida de Romina Celeste no ha dicho dónde está el cuerpo. "Sabemos qué parte del cuerpo se deshizo de él tirándolo al mar, pero el resto no lo sabemos. Lo único que ha reconocido que cometió el homicidio, pero en ningún momento sabemos cómo se produjo o la hora exacta. Sabemos que Romina a partir de las 16 horas del día 31 de diciembre de 2018 pudo perder la vida en cualquier momento", recordó Zaballos.
"El Jurado ha hecho un trabajo fantástico. Raúl en ningún momento ha llegado a esta confesión porque se haya arrepentido, sus últimas palabras no pueden llegar al corazón de Miriam, la madre de Romina, porque no son reales. Todo apuntaba a que la autoría y la culpabilidad estaban probadas".
La letrada Emilia Zaballos ha aprovechado el momento en antena para recordar que sigue adelante con las denuncias por las dilaciones del juicio: "Las irregularidades han sido brutales. La primera parte de la instrucción fue brillante por parte de la jueza y de los agentes. A partir de ahí las incongruencias son todas".
"No ha sido fácil. Nos plantamos en que no había reducción de ninguna condena y en un Tribunal de Jurado no existe la conformidad, pero sí existe la confesión. El requisito era la reparación del daño", a través del pago de 300.000 euros a la familia de la víctima, de los cuales el homicida ingresó 260.000 euros antes del juicio.
Al mismo tiempo ha vuelto a recordar, como ya hizo en el juicio, que en la segunda paliza que Romina Celeste recibió el 29 de diciembre de 2018 y por la que acudió a pedir auxilio al hospital, el sistema falló, permitiendo a Raúl Díaz que sacara a la víctima del centro sanitario, solo tres días antes de su muerte.