El acusado de violar a una mujer en Playa Blanca ha confesado los hechos este martes ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial, aceptando una condena de 5 años de prisión. Tal como estaba previsto, el juicio no ha llegado a celebrarse, al haber alcanzado previamente un acuerdo de conformidad con la Fiscalía.
Gustavo Adolfo Mena se ha limitado a ratificar ese acuerdo ante los magistrados, reconociendo un delito de abusos sexuales. Así, ha conseguido una rebaja en la pena que solicitaba la Fiscalía, que inicialmente era de 8 años de cárcel.
Tras la confirmación del acusado, el presidente de la Sala ha declarado firme la sentencia, que se dictará en base a ese acuerdo.
Además de los 5 años de cárcel, se le impondrá la prohibición de acercarse a la víctima o de comunicarse con ella durante 10 años. Ésta, por su parte, ha renunciado expresamente a la indemnización que podría corresponderle.
La víctima, sin “facultades de reacción”
Los hechos ocurrieron el 10 de junio de 2018, sobre las 6,40 horas, cuando el procesado estaba en su coche con la víctima, que estaba dormida en la parte trasera del vehículo.
“Al observar que la víctima se encontraba en estado de somnolencia debido a la previa ingesta, esa misma madrugada, de bebidas alcohólicas, detuvo el vehículo y se introdujo en el asiento trasero, donde aquélla se hallaba recostada”, señalaba el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, que ha sido reconocido íntegramente por el acusado.
Después, “tras comprobar su situación de aletargamiento, anuladas como estaban notablemente sus facultades de reacción”, se colocó sobre ella, le quitó la ropa y la penetró vaginalmente, “deteniendo su acción en el momento en que se percató de que recobraba mínimamente el sentido”.
El juicio debía haberse celebrado el pasado mes de mayo, pero el acusado no se presentó a la vista, alegando que ahora reside en la Península y que no tenía dinero para pagar el viaje. Los magistrados ordenaron entonces su busca y captura, y cuando fue localizado señalaron una nueva fecha para el juicio, que finalmente no ha llegado a celebrarse.