Sucesos

Una muerte en un vuelo a Lanzarote despierta debate sobre los desfibriladores en Reino Unido

Davinia Tavener, de 47 años, falleció en noviembre de 2014 mientras viajaba a la isla en un vuelo de Ryanair. Ahora, con la investigación de las causas de su muerte, se debate si un desfibrilador la hubiese salvado...

Una muerte en un vuelo a Lanzarote despierta debate sobre los desfibriladores en Reino Unido

Una mujer de 47 años murió en un avión de Ryanair que viajaba a Lanzarote. Según recogen varios medios británicos, la pasajera, también de esta nacionalidad, se desplomó en el inodoro y fue hallada inconsciente y sin pulso. Una médico que viajaba a bordo de la aeronave trató, sin éxito, de reanimarla. Davinia Tavener fue finalmente declarada muerta al llegar a la isla. Los hechos ocurrieron el 1 de noviembre de 2014 y ahora, tras celebrarse la audiencia para determinar las causas de su muerte, Reino Unido se ha sumido en el debate sobre la obligatoriedad de portar desfibriladores en los aviones. 

El avión de Ryanair en el que viajaba Tavener no contaba con uno de estos aparatos. Aunque las compañías aéreas no están obligadas a llevarlo en vuelos de corta distancia, según recogen varios medios del país, la investigación de lo sucedido ha suscitado en Reino Unido un debate acerca de si los aviones deberían contar con uno tanto en vuelos de larga como de corta distancia.

De acuerdo con el relato de los hechos que recoge el diario Mirror, Davinia Tavener viajaba hacia Lanzarote con su marido. Veinte minutos antes del aterrizaje, éste se percató de que su esposa no volvía del baño y alertó a la tripulación. Allí la encontraron inconsciente, sin pulso, sobre el inodoro. La cirujana Claire Garnsey, que viajaba en el avión, corrió en su ayuda, pero no logró salvar su vida.

 

Investigación de las causas de su muerte


Este lunes se celebró en Bolton, la localidad donde Tavener residía, una vista en el tribunal forense para esclarecer las causas de su muerte. Según explica el Daily Mail, la cirujana Garnsey se declaró "sorprendida" de que el avión no contase con un desfibrilador, que podría haber ayudado a tratarla, aunque reconoce que es "difícil saber" si esto hubiese evitado su muerte, ya que estuvo entre 5 y 10 minutos en el baño y no se sabe con exactitud cuánto tiempo había estado inconsciente antes de que la encontraran. 

Andrew Tavener, marido de la fallecida, indicó al tribunal, según recoge The Guardian, que su mujer estaba sana, más allá de algunas quejas por dolor de estómago. El diario expone que, tras escuchar las declaraciones del marido, la cirujana y varios testigos, el forense Alan Walsh dictaminó finalmente que la muerte de Tavener se produjo por causas desconocidas y lo consideró un fallecimiento natural. Señaló, además, que el personal de Ryanair había cumplido todas las medidas de seguridad y contribuido en todo lo posible para tratar de salvar la vida a esta madre de dos hijos. 

La compañía aérea, por su parte, recalca que "Ryanair cumple con todos los requisitos reglamentarios en materia de asistencia médica en sus vuelos y no tiene obligación legal de llevar desfibriladores a bordo". "Todo nuestro personal está entrenado en asistencia de primeros auxilios y es responsable de la seguridad y protección en cabina. En el caso de producirse un incidente durante el vuelo que requiera intervención médica, nuestra tripulación se dirige al aeropuerto más cercano y solicita asistencia médica antes de aterrizar", señalan. En su comentario, la aerolínea expresa además "sus más sinceras condolencia" por el fallecimiento de Tavener.