El día clave era este mismo jueves. La lanzaroteña Yolanda Rodríguez debía ingresar en la prisión de Tahíche, tras ser condenada a cuatro años de cárcel por un robo con fuerza en unos apartamentos de Costa Teguise en 2006. El problema es que el centro penitenciario de Lanzarote no está acondicionado para acoger a niños menores de tres años, y Yolanda tiene dos hijos, de 21 y 9 meses. El mayor, Joel, de 9 años, iba a quedarse con unos tíos, pues a su edad ya no puede entrar en la cárcel. "Yo cumplo la pena, pero sin mis hijos me muero", afirma a las puertas de los Juzgados de Arrecife, mientras asegura que hace tan sólo dos días se enteró de que no podría cumplir la sentencia junto a sus hijos pequeños.
Su abogada, Cristina Duque, ha logrado este mismo jueves que el ingreso en prisión se retrase y se efectúe el martes 31 de agosto. Además, está a la espera de un recurso de suspensión. Duque tratará de hablar con el director del centro penitenciario para que los dos niños más pequeños, Gloria y Airán, puedan estar con su madre durante la condena. Porque este mismo jueves, la única solución para Yolanda era trasladarle a un centro penitenciario en Sevilla. "Yo no quiero irme de aquí, aquí tengo mi familia", señala desesperada.
La pesadilla de Yolanda comenzó en 2006. Según su versión, acompañó a un tío suyo a unos apartamentos de Costa Teguise. "No sabía qué íbamos a hacer allí", defiende Yolanda, que asegura que de repente oyó gritos, entró y se dio cuenta de lo que pasaba. "Me di cuenta de que estaba robando y yo sólo le grité vámonos, vámonos", asegura. Ella fue condenada como autora de un delito de robo con fuerza y su tío no fue juzgado. "Él ha entrado y ha salido muchas veces de la cárcel. Tiene muchas causas", subraya. Ella no tenía antecedentes penales.
"No probaron que yo fuera disfrazada, no me llevé nada y yo no empuñaba el cuchillo", asegura esta mujer, que vive sus últimos días de libertad "con angustia" por sus hijos. "No me quito culpa de que en aquella época yo estaba un poco perdida, no me quito culpa, pero yo no toqué a nadie ni robé nada", asegura. "Nunca pensé que mi tío hiciera esa locura", señala.
Cuatro años sin sus hijos
Pero su problema no es pasarse cuatro años en la cárcel es saber qué pasará con sus hijos. "Me muero sin ellos. Mi razón de vida, mi razón de estar de pie son mis niños. Soy una madre normal y corriente", afirma Yolanda, que vive actualmente en una casa de acogida por ser víctima de violencia de género. "Tengo un equipo técnico a mis espaldas que han emitido informes a mi favor", relata llorando esta mujer, que asegura que los psicólogos del centro "saben perfectamente qué tipo de persona soy".
"No estoy haciendo daño a la sociedad, hay muchos delincuentes en la calle. Yo no he hecho daño a nadie, ¿por qué me pasa esto?", se pregunta, al tiempo que pide al juez que le deje esperar el indulto que ha pedido ante el Ministerio de Justicia en la calle y no en la cárcel.
Yolanda Rodríguez afirma que ella no tiene la culpa de que la penitenciaría de Lanzarote no esté habilitada para los niños pequeños. Asegura que "ya tiene bastante" con tenerse que separar de su hijo mayor y, a su vez, separarle a él de sus hermanos. Por ello, pide al juez "humanidad" para que pueda esperar el indulto en la calle y, si no es así, al menos que le deje ingresar con sus hijos en prisión.
"Me están destruyendo la vida a trocitos. ¿Cómo voy a levantar la cabeza si ahora cuando la he levantado y estoy bien me viene todo encima? Yo no hice nada", implora. El martes tendrá que ingresar en Tahíche y todavía no sabe si podrá hacerlo con sus hijos, Gloria y Airán.