El Aeropuerto de Guacimeta permaneció en alerta desde al menos las 20:30 horas de este sábado, después de que Aena(Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) tuviera conocimiento delaterrizaje urgente de un avión Boeing 757 con más de 200 personas a bordo que, ante los "problemas causados por un fogonazo en su interior", tuvo que desviar su ruta prevista entre Fuerteventura y Mánchester para, nada más partir, aterrizar en Lanzarote.
Pasadas las 21:00 horas era confirmado el"exitoso aterrizaje" sin víctimas de ningún tipo por parte del avión de la compañía Thomas Cook, en lo que en principio fue considerado por ciertas fuentes como un "posible incendio" en uno de los motores del avión, extremo que finalmente fue desmentido.
En principio, según explicaron este domingo fuentes de Aena, la causa del aterrizaje de emergencia pudo deberse aun pequeño cortocircuito en las luces de la cabina de pasajeros.
Alerta y seguridad
Nada más producirse el aviso desde el avión a la torre de control, el Servicio de Emergencias del 1-1-2 montó el pertinente dispositivo de seguridad y, siguiendo el protocolo habitual desplazó hasta las pistas del aeródromo personal sanitario dividido en varias unidades medicalizadas y asistenciales, junto a la unidad de bomberos propia de Guacimeta.
La ONG Cruz Roja comisionó también a pie de pista al menos una unidad asistencial y dispuso varias ambulancias en el Centro Insular de Coordinación de Emergencias, por si había necesidad de evacuar a algún herido hasta el Hospital General de Lanzarote.
Fuentes del aeropuerto aseguraron durante toda la noche del sábado desconocer por completo los hechos y confirmaron que no se había producido incidencia alguna en el resto de vuelos. Sin embargo, desde el 112 garantizaron que el recinto de Guacimeta había sido clausurado cautelarmente ante lo que se apercibía como un "conato de incendio" en la llegada de un avión.
Aunque no se paralizó vuelo alguno, el 112 activó un dispositivo protocolario de seguridad, que acabó siendo suspendido sobre las 21:30 horas, tras comprobar que el avión permanecía estable en pista una vez aterrizado, y que ninguno de sus más de 200 ocupantes precisaba atención médica.
Según publica la agencia Efe, una vez en tierra los servicios de emergencias entraron en el avión y, acompañados del comandante de la nave, comprobaron que el problema podría deberse a un cortocircuito en las luces de cortesía de la fila 36 del pasaje.
El comandante explicó que al producirse el fogonazo en pleno vuelo, y ser alertado de ello, apagó las luces, pero al encenderlas de nuevo se volvía a producir el cortocircuito, que desprendía un fuerte olor a quemado.
Tras aterrizar el avión, las autoridades del aeropuerto decidieron entonces que desembarcara el pasaje ya que el avión no podía continuar viaje a Manchester hasta que no se revisara el sistema eléctrico del aparato y se arreglase la avería.