Las cámaras de seguridad de la sala de espera del Servicio de Urgencias y la puerta de acceso al mismo del Hospital General de Lanzarote Doctor José Molina Orosa no registraron la visita de la joven paraguaya Romina Celeste Núñez Rodríguez, de 28 años, el 29 de diciembre pasado, a donde acudió tras ser "agredida por su pareja", según refirió al personal sanitario, porque no se encontraban operativas. Así se recoge en el sumario de la investigación al que ha tenido acceso LA PROVINCIA/DLP.
Romina acudió al centro sanitario alrededor de las 6.30 horas del 29 de diciembre "con la intención de ser curada y que se evalúen las lesiones que, efectivamente, presentaba a consecuencia de la agresión sufrida por Raúl", tal y como se relata en la instrucción. Sin embargo, abandonó las instalaciones antes de ser explorada por los médicos a instancias de su marido, el ingeniero madrileño de 44 años Raúl Díaz, y junto a él.
La enfermera que atendió a Romina declaró el pasado 13 de enero a la Guardia Civil que había observado lesiones en la joven consistentes en "hematomas en los brazos".
El hecho de que la chica abandonara el hospital de forma "tan precipitada", impidió que fuera explorada por médico alguno y, por tanto, no hay parte de lesiones emitido por ningún facultativo, aunque sí la observación de las heridas por parte de la enfermera que la asistió y que terminó su turno a las ocho de la mañana. Romina fue dada de alta por "fuga a las 10.47 horas (abandonó el centro poco antes de la nueve de la mañana), según consta en el registro de atención sanitaria, "sin más averiguaciones ni avisos a servicios de emergencias o policiales por parte del personal del mismo", en referencia al hospital. Cuando ingresó en Urgencias Romina Núñez dijo que había sido agredida por su pareja.