Sucesos

La madre del niño fallecido en Puerto Naos, imputada por homicidio imprudente

La madre del niño fallecido en la noche del pasado viernes en Puerto Naos ha sido imputada por un delito homicidio imprudente, y el pasado martes tuvo que prestar ...

La madre del niño fallecido en Puerto Naos, imputada por homicidio imprudente

La madre del niño fallecido en la noche del pasado viernes en Puerto Naos ha sido imputada por un delito homicidio imprudente, y el pasado martes tuvo que prestar declaración en los Juzgados de Arrecife. Según fuentes de la investigación, que está en manos de la Guardia Civil, en las pruebas de alcoholemia que se le practicaron tras el trágico suceso superó con creces la tasa permitida.

Ahora, espera un proceso judicial en el que se podría enfrentar a entre uno y cuatro años de cárcel. Aunque en caso de no tener antecedentes penales, lo más probable es que no llegue a entrar en prisión.

Tras el trágico suceso, la madre del pequeño Dylan tuvo que ser ingresada en la unidad psiquiátrica del Hospital Doctor José Molina Orosa, pero ya ha recibido el alta y desde hace días se encuentra de nuevo en su casa de Costa Teguise, "totalmente destrozada" según afirman personas cercanas a ella. Ni siquiera tuvo fuerzas para asistir al entierro de su hijo.

Desde el entorno del padre, de nacionalidad ecuatoriana y separado de su mujer desde hacía tiempo, sostienen que quería conseguir la custodia del niño. Una batalla que ya no podrá afrontar. Sus hermanas, tías de Dylan, intentan aún asimilar junto a él una tragedia que se desató pasadas las 23 horas del 31 de octubre.

Fiesta trágica

Al parecer, la madre, de origen brasileño, había llevado al niño a un local cercano a Puerto Naos, donde se celebraba una fiesta de Halloween. Después, los dos se dirigieron al muelle, probablemente con intención de regresar a casa y, en una noche más oscura de lo habitual, porque las luces del recinto estaban apagadas, el coche en el que viajaban terminó cayendo al mar.

Por la forma en la que el vehículo quedó en el agua, todo apunta a que ni siquiera llevaba demasiada velocidad. Algo que confirman algunos testigos presenciales, que vieron cómo el coche iba cayendo, para terminar hundiéndose muy cerca del muelle.

Según estas mismas fuentes, la madre salió del mar por sus propios medios. Algunas hipótesis apuntan incluso que llegó a abandonar el coche antes de que éste se hundiera, ya que se encontró una de las puertas abiertas, y bajo el mar hubiera sido imposible abrirla. Agentes y efectivos de emergencias que se desplazaron al lugar afirman que cuando llegaron, ella estaba mojada y sobre el muelle, y empezó a ser atendida por los sanitarios.

Mientras tanto, todas las alarmas estaban encendidas en el recinto, porque el niño seguía atrapado en el interior del vehículo. Dylan pasó más de 15 minutos bajo el agua, ya que ninguno de los servicios de emergencias que se desplazaron al lugar llevaba el más mínimo equipamiento para realizar una inmersión de rescate. Ni siquiera una linterna.

Cuando finalmente un buceador del club Pastinaca, cuya sede está cerca del muelle, consiguió sacar al niño del vehículo, le quedaba un último aliento de vida, pero no fue suficiente. De nada sirvieron las maniobras de reanimación. Sólo tenía cinco años y se convertía en la última víctima de un puerto fatídico.

En el funeral, en el entierro y en una misa que se celebró el pasado miércoles en la iglesia de Teguise se reflejó un dolor que ha conmovido a la isla y que ha levantado ampollas por intervención de los servicios de emergencias y por la actuación de la Autoridad Portuaria, que es quien tiene las competencias sobre una zona que desde hace años se ha convertido en escenario de botellones y carreras de coches.