La Audiencia Provincial de Las Palmas ha impuesto una pena de tres años de cárcel a Cesáreo García Fernández, que en febrero de 2015 acuchilló a una mujer en su vivienda de Titerroy, quitándole la vida. Fue un jurado popular el encargado de dictar el veredicto y ahora la Audiencia ha emitido la sentencia, ajustándose a los hechos que consideró acreditados ese jurado para imponer la pena.
Según el veredicto, el acusado es culpable de un delito de" lesiones agravadas en concurso ideal con un delito de homicidio por imprudencia grave, con la concurrencia de la circunstancia eximente incompleta de legítima defensa". Y es que fue la mujer la que atacó primero con el mismo cuchillo a Cesáreo García. Sin embargo, la Fiscalía consideraba que eso no justificaba la posterior agresión, ya que ella estaba desarmada cuando el acusado le acuchilló a la altura del pecho. Por eso, pedía para él 11 años de cárcel por un delito de homicidio.
En la sentencia hecha pública este miércoles, la Audiencia también condena al acusado a indemnizar a los hijos de la víctima con la cantidad de 90.000 euros, "en concepto de daños y perjuicios morales". Además, deberá pagar las costas del juicio, incluidas las de la acusación particular. Tras su detención, Cesáreo García ingresó en provisional a la espera de juicio, por lo que ahora se descontará ese tiempo de la condena al ejecutar la sentencia.
Una discusión tras intentar mantener relaciones
Los hechos ocurrieron en febrero de 2015, cuando Cesáreo viajó desde Tenerife a Lanzarote para visitar a Araceli A.F., con quien mantenía relación desde hacía tiempo. Ella misma fue a buscarle al aeropuerto y, tras tomar algo en un bar cercano, ambos fueron a su domicilio. Allí, según los hechos que considera probados la sentencia, "el acusado volvió a ingerir bebidas alcohólicas e intentaron mantener relaciones sexuales".
A continuación, se produjo una discusión entre ambos y la mujer agredió a Cesáreo en la espalda, con un cuchillo de la cocina, cuando él se encontraba fumando en la ventana del salón mirando hacia la calle. A continuación, según la sentencia, "el acusado comenzó un forcejeo con Araceli", durante el cual ella le mordió causándole una herida en el codo.
En el transcurso de dicho forcejeo, según el veredicto del jurado popular, Cesáreo "le clavó el cuchillo a la fallecida, una única vez, sin intención de causarle la muerte, únicamente para defenderse y quitársela de encima para poder huir, ya que la situación le produjo un estado de miedo y terror debido a que la fallecida lo había intentado matar". Sin embargo, también agrega que fue "una reacción desproporcionada y excesiva, al haber podido el acusado evitar que Araceli volviera a agredirle ocasionando un mal menos grave". Por eso, aplica la eximente de legítima defensa solo de forma parcial.
"Sin mostrar signo alguno de arrepentimiento"
Tras la agresión, la víctima intentó salir de la casa y pedir ayuda, pero terminó falleciendo en el descansillo de la vivienda. Por su parte, Cesáreo recogió sus pertenencias y abandonó la casa. Según la sentencia, lo hizo "sin mostrar signo alguno de arrepentimiento, ni avisar a las autoridades competentes". Incluso, llegó a regresar al "lugar de los hechos", ya que se había olvidado su bastón, esquivando el cuerpo sin vida Araceli, que yacía en la puerta de la vivienda.
Después, entró a un bar cercano a tomar una ginebra con agua, antes de dirigirse al aeropuerto para regresar a Tenerife. Fue en el aeródromo lanzaroteño donde finalmente fue detenido por agentes de la Policía Nacional, cuando se disponía a entrar en la terminal aeroportuaria.