El vuelco que ha dado en los últimos días el caso de la desaparición en Córdoba de los niños Ruth y José, después de que dos informes antropológicos determinaran que los restos óseos hallados en la finca de Las Quemadillas pertenecen a niños, ha llevado a la Jefatura Superior de la Policía en Canarias a solicitar la realización de un nuevo análisis de los huesos encontrados en 2010 en Jinámar, en Las Palmas de Gran Canaria.
Dentro de la investigación para encontrar pistas sobre el paradero de Sara Morales, que desapareció el 30 de julio de 2006 cuando salió de su casa para ir a una cita a la que nunca llegó, se rastreó en 2010 un pozo en el barrio de Jinámar. Los resultados que se arrojaron entonces aseguraban que los restos no eran humanos.
Sin embargo, ahora la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento, ha informado de que la Jefatura Superior de Policía de Canarias ha solicitado la realización de un nuevo análisis de los citados restos óseos.
En esta misma nota de prensa se informa también de que cuando se localizaron estos restos óseos en el pozo fueron analizados por orden del Juzgado de Instrucción Número 1 de Las Palmas y, según el informe pericial, "eran de naturaleza no humana".