La Fiscalía ha pedido una pena de 35 años de prisión para Jeffrey Rodríguez por considerar que la coincidencia en los testimonios de la mayoría de las siete víctimas era probatoria de los delitos de los que se le acusaba. La mayoría de los 15 testigos han reconocido a Rodríguez, de 28 años de edad, como autor de los robos con intimidación y detenciones ilegales de las que habían sido víctimas.
Los hechos, juzgados este jueves en la Audiencia Provincial, tuvieron lugar entre los meses de mayo del 2006 y junio del 2007. Un total de seis robos en casas de alterne de Arrecife, Tahíche y Puerto del Carmen en los que se había utilizado la intimidación y la violencia, pusieron sobre la pista a los cuerpos de seguridad ante la similitud del modus operandi y el número de participantes en los hechos. Uno de los testigos, un agente de la Policía Nacional, ha relatado ante la juez cómo en el momento de la detención fueron encontrados y requisados en la casa del detenido varios objetos de los sustraídos a las víctimas entre los que se encontraban joyas, dinero, televisores y móviles. Algo que la Fiscalía ha considerado probatorio del delito.
El acusado, que sólo ha reconocido la autoría de uno de los delitos de robo con intimidación de los seis por los que era juzgado, ha sido representado por el letrado Manuel Alcalde que pidió una pena de dos años de prisión por dicho hecho ya que considera que el resto de actuaciones "no constituyen un auto de delito", aseguraba.
"Le conozco de robar juntos", era el testimonio del menor y supuesto coautor de los hechos, Didier Manuel, en la vista oral. Según las declaraciones de varios testigos, el acusado y el menor entraban como clientes normales en las casas de alterne y una vez dentro intimidaban a las mujeres con armas blancas y con una pistola de juguete para que permanecieran todas en una habitación y así conseguir robar los objetos de valor de cada estancia.
La Fiscalía ha entendido tras la celebración del juicio que el acusado, Jeffrey Rodríguez participó en todos los robos debido al reconocimiento de la mayoría de las víctimas y las declaraciones del propio acusado y el supuesto coautor de los hechos.