Los familiares de José Quevedo y Cristo Herrera, desaparecidos a bordo de la embarcación "Saulo" el pasado 13 de marzo, se han reunido este lunes con el delegado del Gobierno en Canarias, Salvador García. La familia del dueño del barco, José Quevedo, de 61 años, que la semana pasada reclamaba más apoyo de la Administración del Estado, ha salido satisfecha del encuentro. "Nos ha dado buen trato", opinaba Jenny Quevedo, una de las hijas del desaparecido, para quien el encuentro ha servido como apoyo moral.
Pero la ausencia de noticias continúa por exigencias de la investigación. "No nos pueden adelantar nada porque todo está bajo secreto de sumario", explica Jenny Quevedo, residente en Lanzarote. "Nos dicen que nos mantengamos con la mayor calma posible y que las pesquisas se siguen haciendo".
Por el momento deben esperar "reacciones", cuenta la hija de Quevedo, a los pasos que supone que la investigación está dando en Marruecos, ya que creen que podrían estar allí retenidos. "Yo supongo que estarán haciendo algo, pero todavía no hay novedades", afirma Jenny Quevedo, quien después de hablar con el delegado del Gobierno está prácticamente segura de que el barco en el que viajaba su padre y el patrón Cristo Herrera "no está hundido".
El encuentro con el delegado del Gobierno, Salvador García, se produce después de que parte de la familia de José Quevedo declarara que el representante del Gobierno de España en el Archipiélago no se había puesto en contacto con ellos, una cuestión que finalmente ha quedado resuelta, puesto que Salvador García sí había contactado con el hijo de Quevedo. "Por saturación de todo lo que ocurre mi hermano no nos había contado", explica Jenny.
Ahora sólo les queda esperar. Hace 18 días que no tienen noticias de los dos tripulantes del barco "Saulo". Desde el día 13 de marzo, cuando zarparon de Barbate, en Cádiz, rumbo a Gran Canaria donde residen ambos. La familia está convencida de que están retenidos en algún lugar de Marruecos, una hipótesis que cobró más fuerza cuando tres días después de la desaparición, Salvamento Marítimo consiguió contactar con uno de los teléfonos móviles de los desaparecidos y escuchó al otro lado de la línea a un interlocutor hablando en árabe. "Le preguntaron que si hablaba inglés y que si estaba el barco allí, pero contestó vacilando, riéndose poco más o menos que allí no había ningún barco", contaba a La Voz Jenny Quevedo.