El juicio por la muerte de Araceli A.F., que falleció tras ser apuñalada en su vivienda de Titerroy en febrero de 2014, llegó a su fin este miércoles, tras tres jornadas de vista oral ante la Audiencia Provincial de Las Palmas y con un jurado popular. Ahora, ese jurado ha iniciado su deliberación para emitir su veredicto. En su escrito de acusación, la Fiscalía pedía 11 años de cárcel para Cesáreo García Fernández, que actualmente tiene 68 años, como autor de un delito de homicidio, aunque con el atenuante de arrebato. Además, reclama que indemnice a los hijos de la víctima con 120.000 euros.
Por su parte, la defensa reclamó durante el juicio su absolución, alegando que actuó en legítima defensa y con un "miedo insuperable", según publica el diario La Provincia. Y es que la víctima había agredido previamente al acusado por la espalda, con el mismo cuchillo con el que después él le quitó la vida. Sin embargo, aunque el Ministerio Fiscal coincide en ese relato de los hechos, considera que la posterior agresión de Cesáreo en absoluto fue "proporcionada".
De hecho, subraya que Cesáreo ya había conseguido "arrebatarle el cuchillo" a Araceli y había cesado el forcejeo cuando la apuñaló. "No controló suficientemente sus impulsos a causa del furor derivado de la intensidad de la situación", señalaba el escrito de acusación, que contempla el arrebato como atenuante, pero no considera que actuara en legítima defensa, puesto que su vida no corría peligro. Además, la Fiscalía hizo hincapié durante el juicio en la declaración prestada por el acusado tras su detención, cuando admitió que había acuchillado a la víctima "con mucha rabia". En la vista, sin embargo, Cesáreo García cambió su testimonio, achacando su actuación a un instinto para defenderse.
"Motivos pasionales"
Por su parte, según publica La Provincia, el fiscal Ignacio Stampa vinculó el homicidio a "motivos pasionales", ya que entre la víctima y el acusado había no solo una relación de amistad, sino también de carácter sexual. Según puso de relieve la instrucción, Araceli había trabajado durante un tiempo como cuidadora del acusado, pero posteriormente pasaron a tener una relación de carácter personal.
La víctima, natural de Cuba, tenía 55 años cuando ocurrieron los hechos. En su escrito de acusación, la Fiscalía explica que Cesáreo, que residía en Tenerife, había viajado ese día a Lanzarote precisamente para encontrarse con ella. Araceli y su hijo fueron incluso a buscarle al aeropuerto, poco antes de las 11 de la mañana. Después tomaron algo –en el caso de Cesáreo, una ginebra con agua- en un bar cercano a su domicilio, ubicado en la calle Navarra, y finalmente subieron a la vivienda.
Allí, según el relato del fiscal, se inició después una "discusión entre ambos" y ella terminó agrediéndole por sorpresa, atacándole con un cuchillo en la espalda. Después, comenzó un forcejeo entre ambos hasta que Cesáreo logró "arrebatarle el cuchillo". Y ahí fue cuando le asestó la puñalada en la parte superior del pecho, según el fiscal, "con la intención de causarle la muerte o a sabiendas de que podía causársela". Araceli intentó entonces salir de la vivienda y pedir ayuda, pero terminó falleciendo junto a la puerta, en el descansillo, donde poco después la encontró un vecino, que fue quien dio la voz de alarma.
Para entonces, Cesáreo ya había abandonado la casa. Según el fiscal, tras la agresión recogió sus pertenencias y se marchó. Y lo primero que hizo fue entrar a un bar cercano, donde tomó otra ginebra con agua. A continuación, se dirigió al aeropuerto, con intención de regresar a Tenerife. Sin embargo, allí fue detenido por agentes de la Policía Nacional, cuando se disponía a entrar en la terminal aeroportuaria.
Los agentes encontraron a Cesáreo manchado de sangre y con la herida del cuchillo en la espalda, por lo que lo primero que hicieron fue llevarle al hospital, donde solo requirió tres puntos de sutura. Después, tras pasar a disposición judicial, fue enviado a prisión provisional, donde ha permanecido a la espera de este juicio que acaba de concluir y que ya está a la espera de veredicto.