Sucesos

Denuncian que la ambulancia tardó "casi media hora" en llegar a un 'semiahogamiento'

La víctima sufrió un "ataque epiléptico" en el agua, se había mordido la lengua y estuvo expulsando "espuma" mientras esperaba la ambulancia del Servicio de Urgencias Canario. "Estaba desesperado ya. Se puso violeta. Fue una cosa horrible", ha relatado una testigo?

Denuncian que la ambulancia tardó "casi media hora" en llegar a un 'semiahogamiento'

Entre "25 y 30 minutos" convulsionando, expulsando "espuma" por la boca y luchando por poder "respirar". Así ha explicado una testigo que resistió el joven de 25 años y origen italiano que estuvo a punto de ahogarse el pasado jueves en la Playa Grande de Puerto del Carmen. Y es que, según relata esta persona que intervino en su rescate, ése fue el tiempo que tardó en acudir la ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario hasta el lugar. Apunta, además, que fueron varios bañistas junto con la pareja del joven quienes lo sacaron del agua y no la socorrista, que asegura que "al principio no se enteró" de lo que estaba ocurriendo.

Según ha relatado esta persona a La Voz, el joven, que ingresó en estado grave en el hospital, comenzó a convulsionar mientras se bañaba en el mar junto a "su mujer". "Ella estaba justo detrás de él y le agarraba la cara. Cuando nos dimos cuenta, empezamos a gritar y a silbar llamando a la socorrista. La socorrista no estaba ni mirando", ha explicado. Así, mientras la persona que estaba con esta testigo trataba de llamar la atención de la socorrista, ella corrió para ayudar a la pareja. Después "otro hombre se tiró al agua" y, junto con la mujer del chico lograron poner a éste sobre la arena. Cuando ya se encontraba tendido en la orilla, su mujer explicó a sus rescatadores que el chico padecía epilepsia y estaba sufriendo un "ataque".

El incidente ocurrió sobre las 17 horas en la Playa Grande, en el tramo que hay entre las colchonetas flotantes y la primera entrada a la playa, según ha relatado esta testigo. Toda esa zona, según explica, estaba siendo vigilada únicamente por esa socorrista, que se encontraba en la torre de vigilancia cuando sucedió todo y que era la única "a la vista". "Comenzamos a gritar, a gritar, a gritar y a silbarle y nada… Después vino corriendo, pero al principio no se dio cuenta", insiste. 

 

"Estaba desesperado, no podía respirar"


Ya con la socorrista en el lugar, entre todos pusieron al joven, que seguía convulsionando, "de lado". Al cabo de unos minutos apareció otro socorrista, al que supone que su compañera avisó "con el walkie". Después llegaron "al menos cuatro" miembros más de Emerlan. Poco después apareció "un hombre con un bañador rojo", que estaba "paseando por la playa y se paró a ayudar" y que, aventura esta testigo, "quizás" era médico. Todos ellos, relata, trataron de ayudar a este joven durante más de 20 minutos, ya que la ambulancia medicalizada del Servicio de Urgencias Canario, la única que existe en la isla, no llegaba. 

"A los 20 minutos, decía ‘no puedo respirar, no puedo respirar’. Estaba desesperado ya, se puso violeta…fue una cosa horrible", recuerda. En ese angustioso tiempo, su pareja corrió a la casa donde "dijo que vivían o se estaban quedando" para coger su medicación, pero "entre la espuma que soltaba, todo el agua que había tragado, la sangre y todo…no se la pudieron dar", recuerda esta testigo, que apunta que el chico "se había mordido un montón la lengua" a causa de las fuertes convulsiones.

 

"Dentro de lo malo, lo pudo contar"


"Todo el rato le salía espuma, ya no sé si del ataque o del agua. Él gritaba, porque no podía respirar, y le decíamos ‘tranquilo, tranquilo’", continúa. Según relata, mientras esperaban el joven intentaba sentarse, "pero se caía". "Había por lo menos tres personas encima de él, agarrándolo para que no se hiciera daño" con los espasmos. En el lapso de tiempo en que esperaban a la ambulancia, los efectivos de Emerlan acudieron también con una "bombona de oxígeno", pero nuevamente el ataque no permitió aplicársela.

Tras esos 20 minutos, "ya al rato, al rato, llegó la ambulancia y lo atendió", cuenta esta persona.  Después, según explica, los sanitarios de la ambulancia "medicalizada le pincharon" y lo trasladaron al Hospital Doctor Molina Orosa, donde ingresó en estado grave. 

Tras lo ocurrido, esta joven que ayudó a salvarlo, y que ha preferido mantenerse en el anonimato, trató de averiguar en qué estado se encontraba. "Lo último que sé es que había mejorado bastante". Según explica, ese mismo día por la noche supo que había ingresado "en la UVI, porque había tragado muchísima agua, estaba muy rígido y le iban a hacer unas placas". A pesar de ello, se muestra contenta porque "dentro de lo malo, lo podía contar".