La grancanaria Beatriz Reyes, que ha sido dada de alta esta mañana del Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes, donde ha sido atendida de su herida en una pierna, ha afirmado nada más encontrase con los numerosos periodistas que la esperaban que siente "una inmensa alegría porque volví a nacer, pero también un inmensa tristeza por lo que ha pasado y porque otros no pueden contarlo".
Reyes, de 41 años, afirmó que el avión "quizás no iba con tanta velocidad" en el momento del despegue en comparación con otros vuelos en los que ha viajado y explicó que cuando se dió cuenta del accidente " es cuando el avión tira del ala, oigo gritos y no recuerdo nada más". La superviviente relató que fue en ese instante cuando "el estómago me da la vuelta".
Tras el impacto "me aferré a mí misma y no recuerdo lo que vi, oí voces pero no sé el tiempo que pasó". Sobre su sangre fría para hacerse un torniquete y rescatar a dos niños de entre los restos del fuselaje, Reyes afirmó que "cualquiera en ese caso hubiera hecho lo mismo".
Beatriz Reyes, que regresa este miércoles a Gran Canaria, quiso agradecer el trato del personal sanitario que la ha atendido y que ha estado "achuchándome y dándome besitos y caricias en todo momento". Sobre su regreso a la isla asegura tener un "sentimiento contradictorio porque están llegando los cuerpos y yo llego caminando". Reyes quiso también enviar " un abrazo enorme a los familiares de las víctimas" y destacó que aunque toda España llora la tragedia, en Gran Canaria el dolor es más cercano "porque nos conocemos todos"
Volver a volar
"Creo que debo volar otra vez, porque será bueno para mí", aseguran que decía Beatriz Reyes estos días los propios facultativos del Hospital Infanta Sofía en que ha sido dada de alta tras indicar que "tenía necesidad de volver a volar" porque "comprendía" que sería beneficioso para tratar de pasar página.
En una rueda de prensa que ofrecieron la gerente de este Hospital de San Sebastián de los Reyes, Carmen Martínez de Pancorbo, y dos de las especialistas que la atendieron, asimismo resaltaron que a todos "nos maravilló la fuerza que tiene" y que en el servicio de urgencias "nos temblaba a nosotros la voz más que a ella".
Como ejemplo de la "templanza" de Beatriz señalaron que comenzó a llamar por su nombre a médicos y enfermeras desde que le fueron presentados y que enseguida les informó de los móviles de familiares y amigos a los que debían llamar.
Asimismo indicaron que desde el segundo ó tercer día "pidió todos los periódicos, porque quería estar informada del accidente", así como que se le volviera a graduar la vista, pues había perdido las gafas en el siniestro.
La única secuela física que le queda a Beatriz del accidente es una pequeña cicatriz en una pierna a la altura de la rodilla, y aunque "todavía es pronto" para evaluar las secuelas psicólogicas, los especialistas son optimistas.
En el Hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes continua ingresado un ingeniero de Alcalá de Henares que iba en el vuelo accidentado y se encuentra grave.
NOCHE FUERA
Hoy volverá a ser intervenido por una fractura y los médicos son optimistas sobre evolución, pero Beatriz Reyes, que viajará mañana a Las Palmas de Gran Canaria ya pasará la noche de hoy fuera del centro de médico, pues en Madrid tiene amigos y familiares donde alojarse.
"Ha preferido tomarse esta noche en Madrid, para ir adaptándose poco a poco", comentó la gerente del Hospital tras indicar que Beatriz ha dado durante su estancia más detalles del accidente de los que ha ofrecido a los medios de comunicación, pero que debe respetarse su privacidad.
ACN Press