Ya es posible conocer con ojos propios el fondo marino de la Reserva Marina del Archipiélago Chinijo. Esta oportunidad llega de mano del centro de buceo inaugurado el sábado en La Graciosa, que se convierte en el primer centro que desarolla esta actividad en esta reserva natural.
Esta escuela, además de ofrecer clases de buceo tanto para novatos como para profesionales, también realiza expediciones de submarinismo, tramitación de permisos para bucear en la Reserva Marina y oferta guías subacuáticos para grupos. El club dispone de cuatro monitores para impartir las clases, pero también para acompañar a los buceadores en sus visitas y para asegurarse de que los visitantes no modifican nada en el entorno marino de la reserva natural.
Este centro lleva gestándose cuatro años debido a las complicaciones que ha supuesto combinar la reserva natural con la actividad de los submarinistas, pero finalmente los directores de Líneas Romero abrieron sus puertas el pasado sábado en presencia de la consejera de Turismo del Gobierno de Canarias, Rita Martín; la presidenta del Patronato de Turismo de Lanzarote, María José Docal; la consejera de Pesca, Nereida Pérez; la alcaldesa pedanea de La Graciosa, Margarita Paéz; y el alcalde de La Villa, José Dimas, entre otros.
Con motivo de la inaugaración, se expusieron las obras del Open Fotosub que recogían imágenes y lienzos que retrataban el fondo marino de la reserva. Actualmente el centro dispone de 50 equipos, una cámara hiperbárica y ofrece packs de alojamiento, comida y actividad submarina para los clientes. El submarinismo que se realiza en el centro es de tipo caribeño, bucear en función de las corrientes marinas, y el máximo de profundidad que se puede alcanzar es de 30 metros. En lo que se refiere a la fauna, los buceadores se encontrarán desde tiburones martillo hasta ballenas pasando por tortugas, tamboriles espinosas, atunes o delfines.
Otra manera de bucear
Este centro de buceo, a pesar de realizar la misma actividad que los otros 11 centros que hay en Lanzarote, tiene una importante diferencia con ellos: quienes desciendan al fondo marino del Archipiélago Chinijo no podrán interactuar con los animales del mismo. Esta medida deriva del hecho de que sea una reserva natural.
"En el resto de centros de buceo, los submarinistas suelen interactuar con el medio, pero aquí no podemos tocar nada", explica el director del cento, José Martín. "Sólo hay un animal que sí podemos coger", prosigue, "el erizo; pero es porque hay una plaga y, junto con biólogos de Tenerife, realizamos un control de la plaga y por lo tanto somos los encargados de retirarlos".