Gente

Unidos por la Virgen de Los Dolores

Miles de romeros se dan cita todos los años en torno a la Virgen de Los Dolores. Con las primeras luces del alba, se encaminan rumbo a Mancha Blanca, llamados por la Virgen de los Volcanes, en una cita que cada año reúne a ...

Unidos por la Virgen de Los Dolores

Miles de romeros se dan cita todos los años en torno a la Virgen de Los Dolores. Con las primeras luces del alba, se encaminan rumbo a Mancha Blanca, llamados por la Virgen de los Volcanes, en una cita que cada año reúne a más personas, llegadas desde todos los puntos de la isla e, incluso, desde otros lugares de las Islas Canarias.

Personas de todas las edades, desde niños en carros hasta personas que superan los 70 años, se dan cita en este evento tan importante para la isla de Lanzarote que, tan sólo el año pasado, reunió a más de 30.000 personas, que veneraron a la Virgen de Los Volcanes.

Familias enteras, con sus madres, padres, hermanos, hijos y nietos, grupos de amigos o, simplemente, de vecinos, parten cada año ataviados de romeros y con sus carretas bien cargadas de alimentos para poder soportar las horas de caminata. Y no sólo eso, sino con las ofrendas que, a su llegada a la ermita de Los Dolores, en Mancha Blanca, depositarán a los pies de la Virgen.

Como cada año, personas de todos los rincones de la isla y del archipiélago partirán desde sus hogares hacia la zona del campo de lucha de Tinajo, donde se congregarán al mediodía, para después partir, todos juntos, hacia la ermita de Mancha Blanca, con sus carros engalanados y acompañados por la música de algunos instrumentos tradicionales.

Ya de noche, los miles de romeros llegarán a su preciado destino, la ermita de Mancha Blanca donde, a los pies de la Virgen de Los Dolores, depositarán sus ofrendas, que luego serán entregadas a los más necesitados.

Toda la familia, desde el más pequeño al más mayor

Padres, hermanos, tíos, primos? Todo tipo de miembros de la familia de Urbano Hernández acuden cada año a la romería de Los Dolores. Entre ellos, gente de todas las edades, desde los más pequeños con 3 ó 4 añitos a los más mayores de alrededor de 75 años de edad. Y es que, para ellos, es una "cita imprescindible" en el calendario, a la que no se puede faltar.

Con su carro engalanado y un burro parten desde Tinajo rumbo a la ermita de Mancha Blanca. A ellos, además, se une un grupo cada año de unas 20 ó 30 personas llegadas desde Tenerife, que comparten con ellos este momento de devoción.

Urbano Hernández, con sus 36 años, recuerda aún la primera romería de Los Dolores. "La gente llevaba gallinas entonces y luego se las volvían a llevar a casa", señala. Sin embargo, de eso ya han pasado más de 20 años y ahora la gente, además de llevar otros productos, las ofrendas se depositan a los pies de la Virgen, para luego ser entregadas a los más necesitados.

En este sentido, explica Hernández, su familia solía llevar siempre productos del campo pero, ahora, cada vez más portan alimentos no perecederos. "Llevamos cosas que no se echen a perder, porque ya que la Virgen no se lo va a comer, que lo aprovechen los necesitados", afirma Hernández.

En el caso de la familia de Urbano, la devoción también esta detrás de la romería de Los Dolores aunque este miembro de la familia cree que "a los organizadores se les está yendo de las manos la romería". "Mucha gente no siente devoción y están convirtiendo la romería en un botellón, rompiendo la imagen y el sentir de los conejeros", señala Urbano Hernández, quien considera que la romería se está convirtiendo "en un carnaval".

Amigos unidos "por la devoción"

Más de 20 años caminando juntos hacia la ermita de Los Dolores. Éste es el caso de Los Roferos, un grupo de amigos de unas 15 personas que, todos los años, desde sus inicios, ponen rumbo a la ermita de Mancha Blanca para llevar sus ofrendas a la Virgen de los Volcanes.

Todos ellos son naturales de Tinajo aunque, ahora, alguno reside en Arrecife. Sin embargo, cada año, con motivo de la romería de Los Dolores vuelven a reunirse para hacer juntos el camino. Y es que, según señala Milagros Umpiérrez, miembro de este grupo de romeros, "no hay nada como la romería de Los Dolores".

Detrás de todos estos años de romería, se encuentra "una gran devoción" por parte de Los Roferos hacia la Virgen de Los Dolores aunque, apunta Milagros Umpiérrez, la romería "ha cambiado mucho" con el paso de los años. En este sentido, señala, "hoy en día mucha gente de la que va no lo hace por devoción". Ahora, añade, "parece más un carnaval".

A pesar de ello, Los Roferos viven este momento del año "con mucha ilusión" aunque, eso sí, lleva su tiempo de preparación. De esta forma, a principios de septiembre, todos ellos se reúnen para preparar la carroza que les acompañará durante el camino hacia la ermita de Mancha Blanca. Una carroza, que siempre representa algo característico de la isla.

En este sentido, explica Umpiérrez, cada año llevan "una carroza diferente" desde que comenzaron a hacer la romería hace más de 20 años. Por ejemplo, en la edición del año pasado, portaban una carroza con una tunera. Y, en años anteriores, un queso, tabaco o, incluso, un patio canario.

Entre las ofrendas que Los Roferos depositan a los pies de la Virgen de Los Dolores, sobre todo se encuentran productos del campo, como batatas, aunque también gofio, leche, y muchos otros productos.

Rumbo a Mancha Blanca desde la octava isla

La romería de la Virgen de Los Dolores atrae a miles de personas hasta Mancha Blanca. Algunos, incluso, cruzan el charco para poder hacer sus ofrendas a la Virgen de Los Dolores. Este es el caso de las más de 100 personas que, cada año, parten, todos juntos, desde La Graciosa hacia Tinajo, bajo la organización del Ayuntamiento de Teguise y la Cofradía de Pescadores de La Graciosa.

Entre los miembros de este grupo, según explica la delegada del Ayuntamiento de Teguise por La Graciosa, Alicia Páez, se encuentra "gente de todas las edades, desde niños que los llevan en carro a personas que superan los setenta años". De hecho, apunta, "las personas mayores son las primeras que se apuntan".

Al mediodía, todos ataviados de romeros, cogen el barco que les lleva rumbo a Órzola. Allí les espera una guagua que les traslada a la zona del campo de lucha de Tinajo, donde se unen a la carroza del Ayuntamiento de Teguise, para vivir "uno de los actos más importantes para el pueblo de La Graciosa", según relata Alicia Páez.

En este sentido, según explica la delegada del Ayuntamiento de Teguise por La Graciosa, "hay una devoción muy fuerte a la Virgen de Los Dolores" por parte de la gente de la octava isla, muchos de los cuales hacen, incluso, "promesas a la Virgen". "Yo me lo paso muy bien, porque voy con el pueblo, me gusta y puedes darle a la Virgen los productos de nuestra tierra", señala Páez. "Es un hecho que me regocija", añade.

Entre las ofrendas que llevan a la Virgen siempre se encuentra pescado, lapas, sardinas y, además, "comida no perecedera que la gente aporta", apunta Páez. Además, para el camino, no faltan "los pejines" para todos "aquellos que los pidan".

Nieves Páez, con sus 69 años, es una de estas personas que parten, en este gran grupo y desde la octava isla. Una vez en Lanzarote se reúne con sus hijos que viven en nuestra isla. Además, algunos de sus nietos también la acompañan aunque, generalmente, son "los más mayores" los que hacen el camino. Para el recorrido, "roscos y torrijas para compartir".

Esta vecina de La Graciosa tan sólo lleva cinco años acudiendo a la romería de Los Dolores ataviada de romera pero, antes, incluso cuando era pequeña, ya iba a ver a la Virgen de Los Volcanes. "En la Graciosa somos muy devotos", concluye Nieves Páez.

Desde San Bartolomé, con toda la familia

Domingo Brito es un asiduo a la romería de Los Dolores. Y es que, desde sus inicios hace más de 20 años, no ha faltado nunca a esta cita religiosa. Y no sólo eso, sino que siempre, según él mismo explica, encabeza la larga fila de romeros que parten desde la zona del campo de lucha de Tinajo hasta la Ermita de Nuestra Señora de los Dolores, en Mancha Blanca. Y es que, por detrás de Los Campesinos, que ocupan el primer lugar en el recorrido, siempre va Domingo Brito.

Domingo recuerda los primeros años de romería, en los que "sólo iban unas 200 ó 300 personas", frentes a las 20.000 ó 30.000 que se congregan ahora en torno a la Virgen de Los Dolores. Unos años en los que Domingo acudía con su carro y una burra pero ya, pasados los años, el animal no lo lleva consigo porque, señala, "es un gran sacrificio para él tanto camino".

Los que siempre le acompañan son los miembros de su familia, que tampoco pierden ocasión para participar en la romería de la Virgen de los Volcanes. Su mujer, sus hijos y sus nietos le acompañan todos los años. También una hermana suya e, incluso, una vecina, que ahora ha fallecido. "Mis hijos van desde que eran pequeños y ahora tengo dos nietitos, de dos años, que los llevó en mi carro, vestidos de romero". Incluso su hijo, de 23 años, que ahora estudia en Tenerife, "viene todos los años tres o cuatro días antes para ayudar a preparar el carro", añade.

En su carro, engalanado pero "sin lujos", según él mismo explica, lleva consigo las ofrendas a la Virgen, que intenta siempre que sean diferentes, para no llevar cada año lo mismo. "Estos años anteriores he preparado un carro con un altar a la Virgen y si no llevo frutos o cualquier cosa", señala Domingo Brito, cuyo carro siempre llama la atención de los asistentes.

Detrás de estos años de romería, se deja ver "un fervor muy grande". Y es que, para Domingo, "es un honor para Lanzarote que la Virgen de Los Dolores esté en Mancha Blanca" y uno de los momentos más especiales de la romería "es llegar a la Virgen y saludarla con mucho respeto". Precisamente, con unas palabras dedicadas a la Virgen de los Volcanes cerró su entrevista con La Voz: "Del cielo baja una estrella que parece una rosa. Cada vez que te veo, madre mía, Dolores, te veo más hermosa".