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Rubén López, miembro de EMERLAN en Valencia: "Se sorprenden al ver que venimos de Lanzarote"

Un total de seis miembros de la ONG Emergencias Lanzarote se han desplazado a la zona afectada por la DANA por su cuenta para poder ofrecer sus servicios en una zona que "parece una guerra"

Uno de los servicios realizados por EMERLAN en Valencia

Rubén López es uno de los seis trabajadores de EMERLAN que se han desplazado a Valencia para colaborar en las tareas de limpieza y achique por los destrozos ocasionados por la DANA que azotó hace ya una semana a la zona del Mediterráneo.

"Cuando vimos lo que había ocurrido nos pusimos a disposición de Consorcio de Seguridad y Emergencias y del Gobierno de Canarias pero por decisión propia decidimos plantarnos en Valencia y ofrecer nuestro apoyo a las autoridades. Enseguida nos ubicaron en un sector y unos responsables y no hemos parado desde entonces", cuenta López. 

Gracias a que el equipo es multidisciplinar, está preparado para rescates acuáticos, en altura y también en aspectos de tráfico e incendios. "No nos podemos mover ni con nuestros vehículos que son todoterrenos porque hay mucho lodo y las calles están bloqueadas. Parece una guerra", declara.

"Tenemos que ir con las luces y sirenas puestas constantemente porque cuando menos te lo esperas te sale una máquina pesada y hay muchos voluntarios en la calle, por lo que se hace muy complejo moverse", explica el trabajador.

La zona a la que han sido destinados es Silla, muy cerca de la Albufera. "Nos han asignado en el sector 4 y es impresionante porque puedes ver una calle que apenas ha sufrido daños y en la siguiente te encuentras los coches amontonados de tres en tres", dice.

 

Servicios de hasta diez horas

La enorme cantidad de barro, coches, mobiliario y basura que arrastraron las riadas provoca que, miren donde mire, los voluntarios de EMERLAN se encuentren con una gran cantidad de servicios que atender que conllevan muchas horas de trabajo.

"Esta misma mañana hemos salido de una intervención en la que hemos sido los primeros en llegar, siete días después, para que unas personas pudieran acceder a su vivienda porque tenían un vehículo dentro del garaje de pie tocando el techo y tuvimos que hacer una maniobra para poder sacar el coche y comprobar que la estructura de la casa no estaba dañada para que los dueños pudieran recoger sus pertenencias", desvela López.

"También hemos estado achicando agua de otro edificio donde viven personas con movilidad reducida y los ascensores están bloqueados porque se han llenado de agua", cuenta.

"Este lunes estuvimos hasta las tres de la mañana en un aparcamiento subterráneo de dos plantas donde achicamos el agua e íbamos verificando que no había gente en el interior de los vehículos e ir descartando que en las zonas en las que vamos actuando no hay personas. Para dejar constancia de que en los coches no hay gente se levantan los limpiaparabrisas", explica.

Los trabajadores se han encontrado con dificultades en cuanto al tipo de construcciones, ya que son diferentes a las de Lanzarote. "Hay edificios de ocho portales y 20 plantas y de repente te encuentras con tres sótanos con puertas por todos lados lo que hace que tardemos mucho a la hora de hacer las intervenciones porque ayer empezamos una a las seis de la tarde y acabamos a las cuatro de la mañana y ya no podíamos más, apenas hemos dormido tres horas", cuenta.

"Para poder hospedarnos en algún lugar contactamos con una vivienda vacacional y la propietaria cuando nos preguntó que de dónde veníamos directamente rompió a llorar y nos dijo que no nos iba a cobrar. De hecho, llevaba cuatro días atrapada en su vivienda y le hicimos una compra y se la llevamos porque encima tiene niños menores", declara.

Según asegura el miembro de EMERLAN, "aquí te acercas a un portal y bajan todos los vecinos ofreciéndote café y preguntándote si has comido y dándote las gracias, te pone los pelos de punta".

Debido al agua estancada y los deshechos orgánicos que hay en ella, desde este lunes los trajes de protección (EPI) son necesarios. "Debemos protegernos con guantes y mascarillas, nos desinfectados con gel hidroalcohólico, etc., y cuando llegamos al apartamento nos desvestimos en la entrada. Son protocolos que hay que seguir porque hay calles donde la acumulación, incluso de gases, es peligrosa", explica.

Los seis trabajadores seguirán ofreciendo ayuda y apoyo a los valencianos sin tener en mente la idea de volver todavía a Lanzarote. "Vinimos sin fecha de vuelta y nuestros vehículos están aquí desde el minuto uno", cuenta. "La gente de Valencia se sorprende cuando ven que somos de Lanzarote y nuestra idea es estar aquí hasta que la situación mejore algo porque cuando llegas aquí, se nos van acumulando los servicios y si tenemos que hacer un relevo pues lo haremos porque vamos a ayudar en lo que haga falta", finaliza.