Tamar Luis, presidenta de Cruz Roja en Lanzarote, ha presentado su dimisión. Lo ha hecho a través de una carta que ha enviado a los medios en la que no explica los motivos de esa decisión. En ella hace un repaso por la labor de Cruz Roja especialmente en este tiempo de pandemia, de reconocimiento a los voluntarios y a las instituciones públicas.
Carta:
"Decir “adiós” nunca es fácil, por eso no digo “adiós” sino “hasta pronto”. Ha sido una andadura de años maravillosos y muy productivos. Si miro atrás, me vienen imágenes de todo el camino que hemos recorrido juntos, paso a paso, en una situación nueva y desconocida para todos y todas. ¿Qué puedo decir? Que no es un punto y aparte, sólo un punto y seguido, dentro de mí sigue latiendo un corazón voluntario que comenzó su trayectoria allá por junio del 2006 y que sigue latiendo con la misma fuerza en cada actuación que realizo, como médica y como voluntaria.
La Cruz Roja ha sido un segundo hogar para mí desde 2006, momento en el que entré a formar parte de esta familia, siendo voluntaria y participando de las labores humanitarias que la caracterizan. Comencé un proyecto en junio de 2019 que cambió totalmente su rumbo cuando se desató la pandemia, hecho histórico que ha supuesto un antes y un después. Esta pandemia ha generado una crisis sanitaria y socio-económica, agravando la crisis migratoria, que venimos viviendo hace tiempo, situación a la que hemos intentado día a día dar respuesta con los recursos que tenemos a nuestra disposición.
Hoy me toca despedirme de este proyecto que con mimo tomé entre mis brazos para prestar mi apoyo, no solo a la institución, sino a todas esas personas que, por algún motivo, han acudido a nosotros para sentirse arropadas. Hoy, en pleno 2021, y tras un periodo de pandemia mundial debido al covid-19, y volcarnos con miles de familia, proporcionar ayuda a personas sin hogar, atender la llegada de personas a nuestras costas, asesorar en todo aquello que mis conocimientos me permitían, siempre con una sonrisa y motivada por razones humanitarias, no quisiera despedirme sin hacer mención de aquellas personas que han caminado a mi lado: voluntariado, personal laboral y compañeros y compañeras, que merecen una palabra de respeto y un reconocimiento a ese esfuerzo conjunto, que alcanzó el objetivo que buscábamos, ayudar al prójimo.
Asimismo, reconocer el apoyo de las familias, que han respaldado la dedicación de estas personas, que han puesto a disposición su tiempo y energía para realizar estas funciones. Siento que somos un pueblo solidario del que enorgullecerse, que en los peores momentos no ha dudado en tirarse al mar, ofrecer cobijo o dar agua y comida al más necesitado. Qué mejor que alentarlos a seguir adelante con esta misión solidaria.
Y, llegado este momento, quisiera agradecer a todas las entidades públicas y a sus equipos la comprensión, la confianza y el trabajo que se ha realizado, aunando fuerzas cuando más se necesitaba. Agradecer, también, el trato hacia mi persona, hacia todo mi equipo y todo lo que, de alguna manera, me han aportado. Todos y cada uno de ustedes me han hecho crecer como persona en el día a día, tanto personal como profesionalmente.
Gracias de corazón y hasta siempre."