Los rumores corren de casa en casa en una urbanización inacabada y ocupada de El Faro de Pechiguera en la localidad de Playa Blanca. En ella viven más de 60 familias que, llevadas por la falta de vivienda, se reubicaron en esta promoción desde hace dos años. El pasado 4 de enero la Policía Nacional les entregó a parte de sus ocupantes una citación judicial, donde se les emplazaba a asistir a un juicio oral, acusados de haber cometido un presunto delito de usurpación leve.
En este documento judicial al que ha podido acceder La Voz, el Juzgado de Instrucción número 2 de Arrecife atiende a una denuncia interpuesta por la propietaria del terreno, la empresa Coral Homes SL, quien les acusa de ocupar una finca de la calle Austria. Sin embargo, este espacio es más que una finca. Es una promoción de viviendas inacabada y abandonada desde hace casi 20 años.
La construcción de las viviendas que ocupan fue paralizada en el año 2006 al estar proyectada en el entono del Faro de Pechiguera, un faro del siglo XIX declarado como Bien de Interés Cultural. La empresa promotora, la inmobiliaria Inversur Lanzarote SL trató de eliminar las medidas de protección de este elemento y seguir adelante con las obras, pero la Justicia le dio un carpetazo a la causa.
Jaime Andrés vive en el complejo del Faro de Pechiguera desde hace dos años. Es natural de Colombia y tiene su residencia legal en España, trabaja como repartidor y su mujer como ayudante de cocina en un hotel de Playa Blanca. Antes de mudarse a Lanzarote vivió con su pareja en la Península, pero se mudaron a la isla por trabajo. "En la Península vivíamos en una casa donde pagábamos 700 euros de alquiler, más 200 extra de suministros, pensábamos que aquí sería igual, pero descubrimos que era imposible", confiesa.
Cuando llegaron a la isla comenzaron a alquilar habitaciones en pisos compartidos. Sin embargo, la falta de opciones les llevó a toparse con la realidad de residir en unos esqueletos de hormigón levantados en la localidad turística. "Vinimos un día al faro a pensar y vimos estas obras y decidimos venir a aquí", explica.
Esa realidad, con la falta de posibilidades para alquilar, se repite en todos los residentes en el complejo abandonado. Además, en la mayoría de los casos los residentes en esta localidad son trabajadores de los hoteles, villas o viviendas vacacionales de Playa Blanca.
Rehabilitación de las viviendas
"No eran casas, solo había bloques, esto estaba lleno de basura y no teníamos puertas ni ventanas, ni agua ni luz", narran los vecinos, terminándose las frases unos a otros. Las viviendas tampoco tenían sistema de canalización de tuberías, así que optaron por hacer fosas sépticas individuales para cada inmueble, cubiertas con rofe para reducir las filtraciones.
"Nosotros pagamos nuestra propia agua. No es como dicen por ahí", cuenta indignado otro residente. En algunas de las viviendas sobresalen los depósitos de agua que cada casa se encarga de rellenar mensualmente. En otros casos, las piscinas inacabadas en la promoción han servido a los ocupantes para abastecer de agua a los inmuebles. "Usamos las piscinas de aljibes", explica uno de ellos. Por cada recarga de agua, que suele durar un mes, pagan 105 euros.
Lo mismo ocurre con la luz. Mientras algunos de ellos explican que las viviendas más cercanas a la carretera ya tenían el cableado eléctrico, otros han instalado placas solares para poder autoabastecerse y se han hecho con bombonas de gas butano para poder cocinar. En el caso de las últimas personas que llegaron, tuvieron que instalar hasta los techos de las viviendas, con madera llevada desde Arrecife. "He invertido más de 3.000 euros solo en el techo", narra un joven que vive junto a su novia y su hijo de dos años en una de las propiedades.
Todos los vecinos entrevistados coinciden en las dificultades para encontrar un alquiler en la isla. "No es que haya pocos, es que no hay", narran. Los requisitos económicos para acceder a una vivienda en Lanzarote eleva por encima de los 2.000 euros el dinero de entrada para poder alquilar, a ello hay que sumarle que en la mayoría de ocasiones, dos nóminas son insuficientes para cumplir los requisitos de alquiler exigidos, donde se pide que el precio del alquiler sea el 35% del sueldo.
A todo ello, hay que sumar el componente racista con el que se han tomado algunos de los residentes. "Una vez teníamos todo acordado ya para alquilar y cuando se enteró que éramos todos colombianos me dijeron: yo no alquilo a colombianos".
Mientras tanto, los residentes piden a la empresa Coral Homes SL, que pertenece al fondo estadounidense Lone Star y a Caixa Bank y que es propietaria de la inmobiliaria Servihabitat Servicios Inmobiliarios SLU, llegar a un acuerdo para poder comprar o alquilar las viviendas y no tener que verse en la calle con más de 40 niños (según cifras ofrecidas por los residentes).
Por el momento, los vecinos narran que la única relación que han tenido con el Ayuntamiento de Yaiza ha sido la instalación de contenedores de basura en el momento en el que se establecieron en el lugar.