Las mascarillas al aire libre ya no son obligatorias desde este sábado, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad, pero muchos lanzaroteños se han resistido a abandonarlas, al menos en la primera jornada en la que ha entrado en vigor la nueva normativa.
En las calles y avenidas de Arrecife se han empezado a ver rostros al descubierto después de más de un año, pero la mayoría seguía utilizando las mascarillas en las primeras horas de este sábado. Y la misma escena se ha repetido en otras zonas de la isla.
El nuevo decreto que regula su uso, y que se publicó este viernes en el Boletín Oficial del Estado, ya solo obliga a utilizarlas en interiores o en situaciones en las que se produzcan aglomeraciones de gente, por lo que llevar una siempre encima sigue siendo necesario. En el caso de los exteriores, hay que utilizarla cuando “no resulte posible mantener una distancia mínima de 1,5 metros, salvo grupos de convivientes”.
Además, también es obligatoria en cualquier tipo de transporte, includos los vehículos privados si en ellos viajan personas que no convivan juntas.
En los eventos multitudinarios al aire libre, también se deberá llevar mascarilla si los asistentes están de pie o si están sentados pero la distancia mínima de metro y medio.