¿Cómo está?
Estoy asumiéndolo aún, intentando mentalizarme que soy el nuevo Mister España. Suena fuerte, porque no me lo esperaba, pero me tocó.
¿Qué se siente cuando el jurado pronuncia su nombre y se proclama el hombre más guapo de España?
Muchísima emoción. Se me pasó por la cabeza millones de cosas, sobre todo, la gente que siempre me ha apoyado. Rompí a llorar como un niño chico, no pensaba que me iba a emocionar tanto.
Su reinado, además, es fruto de una casualidad, porque usted no había ganado Mister Las Palmas?
Exacto, yo quedé primer finalista en Mister Las Palmas 2009, pero el que ganó renunció al título. Entonces, me llamaron a mí y asumí representar a nuestra provincia. La verdad, es que he tenido mucha suerte.
¿Se había presentado alguna otra vez a un certamen de belleza?
Hombre, me presenté a Mister Lanzarote en 2009, pero antes, cuando era chinijo, nunca había concursado en este tipo de certámenes. Esto fue casi de casualidad y mira lo bien que me ha salido.
Usted es militar de la base aérea de Lanzarote, ¿cómo se le ocurrió presentarse a un concurso de belleza?
Siempre me ha llamado la atención el mundo de la moda, siempre me ha gustado. Creo que tenía cualidades para presentarme, probé suerte y funcionó. El mérito es compartido con la gente que siempre me ha apoyado, desde mi madre, mi padre hasta mi tía. Detrás de mí hay muchísima gente que siempre me ha ayudado.
¿Cómo se vive Mister España desde dentro?
Es una gran experiencia. La verdad es que encontré a grandes compañeros entre los 52 participantes. No hubo ninguna polémica, todos estuvimos muy unidos durante el concurso. Mis compañeros me felicitaron, se alegraron por mí, me abrazaron y me apoyaron. Estoy contentísimo porque todos mis compañeros me dijeron que me merecía el título. Estoy muy orgulloso.
Entonces, ¿también hay tiempo para la amistad en este tipo de certámenes?
Sí, claro que sí. La competitividad es sana y buena. Yo hice muchas migas con mi compañero de cuarto, con Mister León, y con Mister Sevilla, con el que también me llevo muy bien. Espero mantener el contacto con ellos. Esta misma semana hemos estado hablando por teléfono y estamos pensando en quedar y reencontrarnos. Esperemos que este certamen no nos sirva sólo para convertirnos en Mister, sino para crecer como personas.
¿Qué le diría a las personas que creen que estos certámenes son muy frívolos?
Pues que no es así, que hay que estar ahí, en directo, para saber cómo es este certamen y qué se siente. Es una experiencia única y gratificante al 100 por cien. Conoces a mucha gente y haces muy buenos amigos.
¿Cómo va a aprovechar este reinado?
Todavía no lo sé, lo que tengo claro es que hay que trabajar mucho, porque esto no es nada seguro. Mister España te pone delante de muchas puertas, pero el que tiene que cruzarlas soy yo. Es un título que te puede ayudar a ir a muchos castings, pero lo que hay que hacer es formarse y saber hacia dónde quieres dirigir tu carrera.
Y, Alberto, ¿ya ha pensado a qué se quiere dedicar a partir de ahora?
A día de hoy, no me cierro puertas a nada. Quiero probar todo y luego, quedarme donde más cómodo me sienta. Me gusta la moda, me gusta la televisión pero no sé dónde puedo encajar. Por ello, me gustaría hacer clases de locución, de pedagogía, me quiero formar bien. No sólo quiero ser un rostro bonito. Me queda muchísimo trabajo por delante y, sobre todo, más que físicamente, intelectualmente.
¿Tiene ya algún proyecto a la vista que pueda adelantar?
Lo más próximo que tengo son un par de platós de televisión, como Sálvame, de Telecinco. De momento, este tipo de contratos me los gestiona Mister España, así que ellos van buscando y me lo van comunicando a mí.
Entonces, ¿ha pensado en dejar el trabajo en el aeródromo militar de Lanzarote?
Mister España es un tren al que hay que subirse, pero el mundo de la moda es muy difícil. Yo soy funcionario, me encanta mi trabajo y no me gustaría perderlo. Me encanta lo que hago en Lanzarote y quiero intentar compaginar mi trabajo con los contratos que me puedan salir tras ganar este certamen. Esto tendría que consultarlo con mi cuartel y con mi jefe que, por cierto, siempre me ha apoyado y me ha dado muchas facilidades para poder presentarme al concurso. Estoy muy agradecido a todos mis compañeros, a ellos también les debo este título, porque nunca me pusieron ninguna pega y me ayudaron a presentarme a Mister España.
¿Toda su vida ha transcurrido en Lanzarote?
Sí, nací en Arrecife y a los 12 años me fui a vivir a Arrieta. Ahora, sigo ahí residiendo. Soy 100 por cien conejero, no tengo raíces de otro lado. Todo lo he hecho en la isla. Estudié en el Instituto de Haría y, tras acabar el Bachillerato, empecé un grado superior de Formación Profesional de Informática. Lo dejé al año, porque me salió la oportunidad de meterme en el Ejército del Aire, y es muy difícil entrar. Además ahora, como está la situación económica, es un privilegio ser funcionario y tener un sueldo todos los meses. Esto te da una seguridad y no me gustaría perderlo. Es casi un lujo, ahora mismo.
¿Le costaría mucho tener que abandonar la isla para dedicarse al mundo de la moda o el espectáculo?
Muchísimo. Nuestro clima es insuperable, aquí se vive muy bien. Estos días en Madrid hace 2 grados de temperatura y yo no tengo ni ropa de invierno. ¿Para qué quiero un abrigo en Lanzarote, para ponérmelo una vez al año? Se pasa mal con tanto frío y si me fuera, echaría mucho de menos mi tierra.
Pero, también es cierto, que acceder al mundo de la moda desde Lanzarote tiene que ser muy complicado.
Sí, es muy difícil, y además no hay facilidades. Tanto los ayuntamientos como el Cabildo han preferido subvencionar o apoyar las galas de Reina de las Fiestas, y ésas no tienen continuidad. Antes, tanto Miss Lanzarote como la Reina de las Fiestas iban a Miss Las Palmas, que realmente es un trampolín para este mundo de la moda.
Es lo que le pasó a Helen Lindes en el año 2000. Pero ahora no están apoyando este certamen de belleza y no lo entiendo, porque una chica preciosa gana una gala de Reina de las Fiestas y luego no tiene posibilidades de presentarse a otro concurso, ahí se acaba todo y es una pena. Ya que invierten dinero, que sirva para algo.
Yo, por ejemplo, me presenté a Mister Lanzarote, luego a Mister Las Palmas y ahora he tenido la suerte de que me nombraran Mister España. Esto es una continuidad.
Su reinado, también podría servir, para llevar el nombre de Lanzarote por toda España.
Por supuesto, yo en todos los sitios hablo súper bien de mi isla, les digo que vayan a visitarla, que tiene mucho que ofrecer. Cuento que hace un clima perfecto los 365 días del año y que es preciosa.
¿En qué rincón de la isla le gusta perderse?
En mi casa de Arrieta, lo primero. Y, si me tuviera que quedar con otro lugar, sería El Bosquecillo, en Haría, porque hay unas vistas espectaculares a Famara y a La Graciosa. Es un sitio en el que me siento tranquilo y medito. Es mi lugar de meditación, me gusta estar ahí.