La existencia de una “cultura de la violación” propia del modelo patriarcal; las herramientas de socialización que fuerzan a la población femenina a una “disponibilidad permanente”; el capitalismo que ha convertido en negocio lucrativo la pornografía y la trata y explotación de mujeres; la falsa sexualidad masculina “irrefrenable” o el consentimiento “viciado” de muchas relaciones sexuales amparadas en el matrimonio fueron algunos de los argumentos puestos sobre la mesa en el encuentro Claves para la prevención e intervención en violencia sexual: identificación y manejo de nudos críticos”.
Estas jornadas de la mujer, organizadas por la asociación Mararía en el año de su 30 aniversario, los días 6 y 7 de junio, han sido las más concurridas de su historia, con más de un centenar de personas inscritas, entre las que acudieron al salón de actos del hotel Lancelot playa y quienes siguieron las ponencias desde sus casas, a través de la retransmisión por streaming.
La preocupación de las entidades feministas, las administraciones y la sociedad en general no es para menos cuando, según se informó durante el acto inaugural, en el primer trimestre del año los delitos contra la libertad y la indemnidad sexual en Lanzarote aumentaron un 105,3% respecto al 2023, con 39 casos contabilizados, mientras que las agresiones sexuales con penetración se incrementaron en un 275%, al reportarse 15 casos.
En este escenario de involución y retroceso del ejercicio de los derechos y libertades de las mujeres, el trabajo de reivindicación feminista y de concienciación, prevención y atención a víctimas de violencias machistas de la asociación Mararía fue reconocido y aplaudido por las autoridades presentes en la apertura del encuentro, el consejero de Bienestar social e Inclusión, Marci Acuña, la concejala de Igualdad de Arrecife, Maite Corujo, y el concejal de Servicios sociales y Participación ciudadana de Tías, Nicolás Saavedra.
También intervino el artista Tayó, autor del cartel anunciador y conmemorativo del 30 aniversario de Mararía, quien explicó las metáforas y simbolismos de su obra, una figura femenina que avanza en aguas tranquilas, dejando un tsumani atrás y bajo un cielo color violeta.
Porno, prostitución y agresiones sexuales
En la primera jornada de mañana, junto a la presidenta de la entidad, Nieves Rosa Hernández, y la vicepresidenta, Carmen Delia Reyes, que oficiaron de anfitrionas, compartieron sus ponencias la doctora en Sociología por la Universidad de La Laguna y experta en violencia sexual, pornografía y prostitución, Esther Torrado, la doctora en Igualdad por la Universidad de Salamanca y exsecretaria de Estado de la Presidencia en el gabinete de Zapatero, Soledad Murillo, y la directora de la ONG Haurralde de Derechos Humanos de las mujeres y presidenta de la coordinadora COMPI, Patricia Ponce.
Las tres conferenciantes coincidieron en destacar el contexto social pornificado e hipersexualizado que ha normalizado la violencia contra las mujeres a través de un consumo masivo de pornografía que abre el camino a la prostitución y a las agresiones sexuales. “La violencia no es una patología, es una cultura que se aprende y que solo se contrarresta con educación y una legislación que frene a quien obtiene beneficios de la violación femenina”, apuntó Torrado. Recordó que en la actualidad, hay 23.000 niñas y mujeres en trata sexual en España.
Soledad Murillo puso el acento en el salto mortal de las mujeres de la disponibilidad al autocuidado “que tiene una enorme trascendencia para la propia vida”. Planteó la importancia de llevar a las aulas la naturaleza del deseo sexual “que ellos no gestionan y ante el cual ellas se culpabilizan” y reclamó “referentes de autonomía y transgresión” para cambiar el orden de las cosas.
Por su parte, Patricia Ponte repasó la regulación internacional de defensa de los derechos de las mujeres, demandó sanciones jurídicas suficientes contra la violencia machista y mencionó la dramática casuística de agresiones sexuales, especialmente dolorosa y dañina cuando se da en el entorno familiar.
La jornada se cerró en horario de tarde con una ponencia informativa sobre las funciones, logros y desafíos de los puntos violeta y un tiempo de trabajo colectivo en mesas de debate.
La violencia en el porno
La doctora en estudios interdisciplinarios de género por la Universidad de Alicante, Lydia Delicado, abrió la jornada del viernes con una intervención en línea dedicada a la pornografía en plataformas digitales, que se sitúa en la élite mundial respecto al volumen de tráfico, por delante de Facebook, Google o Amazon y con un impacto y capacidad de influencia acorde a estas cifras. “En las tres últimas décadas hemos vivido un proceso de pornificación cultural, por el que miles de imágenes por segundo trasladan un mensaje de normalización de la violencia contra la mujer”, señaló.
Según destacó, el modelo relacional desigual, la aceptación femenina de la degradación y la humillación, el elogio del incesto o la violación como un comportamiento deseable y excitante no penalizable forman parte de una iconografía que en la actualidad se consume por primera vez entre los ocho y los diez años.
Delicado recordó que frente a las teorías liberales y del patriarcado, el feminismo defiende que la pornografía no puede quedar amparada por la libertad de expresión “pues no forma parte del reino de las ideas”. “Y en todo caso, la libertad de expresión no está por encima de los derechos inalienables de las mujeres”.
A continuación, la inspectora jefa de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de la Comisaria Nacional de Arrecife, María Mayordomo, explicó el trabajo policial ante los delitos contra la libertad e indemnidad sexual y resaltó que el 92% de delitos de violencia sexual contra menores acaban en condena.
Las jornadas finalizaron con la charla de la responsable de la Unidad de Violencia contra la mujer de la Dirección Insular de la Administración General del Estado en Lanzarote, Margara Bello, y la actividad de biodanza Acercando corazones.
Este encuentro ha sido organizado por la asociación Mararía y la Coordinadora de Organizaciones de Mujeres para la participación y la Igualdad (COMPI), con la financiación del Instituto Canario de Igualdad y la colaboración del hotel Lancelot playa.