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Lanzarote Media en misión subacuática

Primera hora de la tarde. Cada uno, desde sus respectivos puestos, había sincronizado su reloj. Una misión especial esperaba a Lanzarote Media. Peligro, investigación y?mucha agua. Pertrechados con nervios ...

Lanzarote Media en misión subacuática

Primera hora de la tarde. Cada uno, desde sus respectivos puestos, había sincronizado su reloj. Una misión especial esperaba a Lanzarote Media. Peligro, investigación y?mucha agua.Pertrechados con nervios de acero, los hombres y mujeres del equipo se internaron en el otro mundo?el del silencio, la calma y?¡¡Los peces de colores!! Y es que el alma de Jacques Cousteau poseyó a estos 20 valientes que decidieron embarcarse en la más ambiciosa aventura de sus vidas para descubrir los secretos del oscuro y peligroso Océano Atlántico. Bueno en realidad, para descubrir los "pescaditos" que nadan alegremente junto a Puerto Calero y cantar una versión underground (¿o debería decir undersea?) de una de las más conocidas canciones de The Beatles.

Sí señores, Lanzarote Media dejó de lado la actualidad, la música, los reportajes y las tertulias, se alejó de tierra firme para abandonarse a los efluvios marinos y, para qué nos vamos a engañar, echarse unas risas. Decididos algunos, con más miedo que alegría otros, fueron bajando al particular Nautilus lanzaroteño, el submarino"Sub Fun 3", la tripulación de Radio Lanzarote, Cadena 100, Lanzarote Televisión y La Voz de Lanzarote.

El capitán a bordo, las escotillas casi cerradas y la expedición a punto de empezar, cuando hubo una baja entre los exploradores y no fue a causa del temible monstruo de innumerables brazos a lo "Veinte mil leguas de viaje submarino". Cierta plumilla radiofónica que es capaz de bandear como nadie a políticos y tertulianos mientras da los buenos días a Lanzarote, decidió que la observación de la vida en los fondos marinos no era lo suyo. Un "chicos, me salgo", zanjó la situación segundos antes de que subiera por la escotilla para seguir la expedición desde el barco nodriza. Pese a la pérdida de la compañera el grupo siguió unido en la misión encomendada: divertirse.

El "Sun Fun 3", único submarino en Lanzarote que ofrece visitas a los fondos marinos, comenzó el viaje, que tampoco fue de veinte mil leguas, pero impresiona igual. Los avezados exploradores de Lanzarote Media disfrutaron de barracudas (a través de un cristal, claro está?), viejas algo remolonas siempre cerquita del fondo, samas, erizos, muchos erizos y otras especies, entre las que se encontraban los primos hermanos de Nemo, el pececito de la Disney.

La imaginación comenzó a volar en busca de tesoros de monedas y perlas a 30 metros de profundidad cuando el submarino casi rozó un viejo barco de madera hundido en el que sí había tesoros pero de carne y raspa: bancos de cientos de peces que nadaban tranquilos alrededor del submarino. Risas, "¡miraaaa!", "¡allí hay más peces!"?fueron las expresiones que junto con las indicaciones del guía del submarino, hicieron a todo el equipo de Lanzarote Media pasar casi una hora bajo las aguas.

De repente un pez un poco más grande de lo habitual surgió de la oscuridad. Desconcertados los exploradores se preguntaban (que para eso son periodistas, hombre) qué extraño ser se acercaba portando un objeto sin identificar en el que ya a pocos metros del submarino, podía leerse una felicitación navideña, acompañada de un mensaje de cariño de la expedicionaria que el grupo había perdido. Pero los peligros no habían terminado para el equipo de Lanzarote Media.

Una improvisada capitana Nemo se hizo con las riendas del pasaje amedrentando a los pilotos, los peces y hasta los erizos. Micrófono en mano y con tacones, la capitana, algo más rubia que en la novela de Julio Verne, tomó la palabra?y desafinó. El mítico "Yellow submarine" resonó en toda la nave y lo que es peor, gran parte del equipo de Lanzarote Media se lanzó, cual aspirantes al festival de la canción de Titerroy, a entonar letra y música en una "nueva", por llamarlo de alguna manera, versión del tema de The Beatles.

Visto el panorama, el piloto se apresuró a subir a la superficie, no fuera que reventaran los cristales del submarino, y todos, contentos y risueños, pisaron tierra firme para "echarse una cañita a continuación". El submarino de la empresa "Submarine Safari" capitaneado por Ángel Sarabia volvió a su lugar para seguir dando paseos a los visitantes. La misión había terminado con éxito.

La fiesta continúa

La expedición más fiestera volvió a unirse horas después de la aventura subacuática, en esta ocasión en Playa Honda y para una misión menos arriesgada y de la que nadie "se rajó". Hacer disfrutar al paladar de los ricos manjares del restaurante "El figón de los dos". Una ocasión para que los compañeros de uno y otro medio de comunicación, que habitualmente no se ven las caras, aunque sí se escuchan sus voces y leen sus artículos y reportajes, pasaran un rato juntos, por aquello de que es Navidad.

No faltó de nada: comida, bebida, bebida y?risas. De los chistes del "destiladero" más conocido de la radio al show que es en sí mismo el popular Mangüe, experto en "las dos, tres y cuatro ruedas", como siempre dice en su programa, pasando por el monologuista y sin embargo cámara José Aldeguer.

El resto lo hizo la charla, la buena comida y el vino. Una mezcla explosiva que soltó la lengua de los casi 30 comensales, que uno a uno, fueron reclamando su minuto de gloria en un "increchendo" que terminó con abrazos entre directivas, confraternización entre cámaras y personal de administración y casi casi, termina con el obligado "Asturias patria querida" en estas ocasiones.

Hubo alguna canción, aunque no fueron cantos regionales. Los que no faltaron fueron los Reyes Magos que llegaron por adelantado con entradas para el concierto de Chayanne (sólo para el concierto, lo sentimos afortunada directora), reproductores MP3, noches de hotel y un ansiado viaje a La Palma del que disfrutará la realizadora de LTV, Teo Camacho.

La fiesta continuó en la noche arrecifeña, aunque de eso, afortunadamente, no hay documento gráfico. Y así, Lanzarote Media comenzó la Navidad, de una forma un poco pagana, pero en la que no faltó el amor al prójimo y a la diversión, que de eso se trata.