Gente

"La situación de la Justicia en Lanzarote es caótica"

"La situación de la Justicia en Lanzarote es caótica". Con estas duras palabras calificó en declaraciones a este diario el sistema judicial conejero el magistrado del Tribunal Supremo, Rafael Fernández Valverde, en su visita a la ...

"La situación de la Justicia en Lanzarote es caótica". Con estas duras palabras calificó en declaraciones a este diario el sistema judicial conejero el magistrado del Tribunal Supremo, Rafael Fernández Valverde, en su visita a la Isla para el Juramento de diez nuevos letrados del Colegio de Abogados de Lanzarote. "Me da mucha pena que desde el año 96 se esté hablando del nuevo Palacio de Justicia y a día de hoy, casi diez años después, el edificio sigue sin terminarse. El tema es lamentable".

No todos los días llega a Lanzarote un magistrado del Tribunal Supremo de Justicia, pero en este caso casi se trataba de un hombre de la casa. Un enamorado de la Isla, y además, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Sin duda, Fernández Valverde es un hombre sensibilizado con la realidad de los canarios y un perfecto conocedor de todas las singularidades que caracterizan nuestro pueblo.

"Yo creo que no se percibe realmente lo que ocurre en ciudades y territorios como Lanzarote, donde la evolución de la sociedad se da a unas velocidades vertiginosas. Da la sensación que todo en este país evoluciona al mismo ritmo, un ritmo estepario, castellano, peninsular, y hay que darse cuenta que aquí las cosas van a un doble de velocidad". En este sentido, recalcó el juez que no vale en la Isla construir juzgados de forma aislada, sino que hay que pensar en infraestructuras de cara al futuro, tomando en cuenta el crecimiento potencial de la población en Lanzarote. "Todo lo demás serían parches, por lo que tenemos que terminar el edificio cuanto antes, y tenemos que hacer un diseño de una Lanzarote con una planta de juzgados que sea la solución no de forma momentánea, sino a largo plazo".

"El Palacio de Justicia debe ser una referencia", señaló Fernández, que trazó un paralelismo entre Arrecife y Bilbao, ciudad en la que la implantación del Gugenheim "supuso una transformación radical de la ciudad, y en la Isla la puesta en marcha de un edificio sería un elemento emblemático fundamental que movería muchas cosas aquí en Lanzarote".

Pero lo que no se puede hacer es esperar más de diez años para dar solución a un mal crónico que afecta a la calidad de vida de todos los ciudadanos conejeros. "Mientras tanto hay que solicitar ayuda a la Comunidad Autónoma, que es la que tiene responsabilidad en estos medios, y por tanto insistir en que la dotación de medios sea cada vez más intensa, que la preparación del edificio sea lo más adecuado".

En cuanto a las reformas judiciales del Gobierno Socialista de Zapatero, el magistrado aseguró que a día de hoy todavía no se conoce el alcance y los términos de éstas.

"Lo que está claro es una reforma relativa a la Oficina Judicial, que parece que va en el sentido de racionalizar y potenciar la función de los secretarios". Esta modificación fue tildada como positiva por el juez. Por lo demás, "estamos todavía en una fase de discusiones, no se sabe el nivel competencial que va a quedar en los tribunales superiores y cual quedaría en el Tribunal Supremo". En este sentido, Fernández abogó en por que "no haya sorpresas al final y que estas cosas no se aprueben siempre con nocturnidad, sino que realmente la decisión que se tome sea profundamente meditada, en la que todos los que tengamos algo que decir podamos hacerlo".

En lo que se refiere a los Juzgados de la Mujer, la principal novedad en materia judicial del Gobierno de la Nación en lo que va de legislatura, el magistrado apuntó que "el tema de la violencia de género no es un problema judicial, sino que es un tema de Asuntos Sociales". Aunque la agilización y el endurecimiento de las medidas preventivas contrala violencia de género es una medida más que razonable en palabras de Fernández, "ésta, sin el acompañamiento de una política enfocada a la educación, integración social, no llevará a feliz término, por lo que lo bueno que tiene la Ley Integral contra la Violencia de Género es que apuesta por un desarrollo armonioso de todos los suplementos" a meras medidas de actuación policiales y judiciales.