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La campaña de promoción del vino conejero consigue sumar a la causa a una cadena de restaurantes

"A través de una cata hemos elegido cada una de las botellas y las hemos incluido en una carta donde aparece una fotografía que identifica cada bodega", explica Kumar Dadlani, ...

La campaña de promoción del vino conejero consigue sumar a la causa a una cadena de restaurantes

"A través de una cata hemos elegido cada una de las botellas y las hemos incluido en una carta donde aparece una fotografía que identifica cada bodega", explica Kumar Dadlani, propietario del Grupo Lanis. De esta forma, los caldos conejeros estarán presentes en los quince establecimientos de restauración que posee el grupo empresarial.

El propietario de esta empresa, Kumar Dadlani, asegura que la iniciativa surgió de una invitación que los Centros Turísticos le hicieron para comercializar en sus restaurantes vinos lanzaroteños. "Nos pusimos en contacto con ellos con motivo de la campaña de sensibilización del vino de Lanzarote que desarrolló el Cabildo. Le indicamos que podrían potenciar más la comercialización de los caldos conejeros y decidieron ponerlo en marcha", aseguró Pedro San Ginés, consejero de los Centros Turísticos.

Dadlani también comenta que en sus establecimientos se consumen casi 200.000 botellas de vino al año. "Antes de esta iniciativa, vendíamos un 20 % de caldos de Lanzarote, ahora hemos calculado que podemos llegar a un 40 o 45 %", asegura el propietario del Grupo Lanis. Además, ha añadido que el volumen de clientes que visita sus restaurantes anualmente se sitúa en torno al millón de personas en la isla.

Un caldo lanzaroteño es el nuevo vino "de la casa"

"Hemos cambiado además el vino 'de la casa' por uno de la isla, en este caso pertenece a las Bodegas Mozaga, aunque cada cierto tiempo lo iremos cambiando por otro caldo conejero", asegura Kumar Dadlani. Al convertir el vino lanzaroteño en el "de la casa", el Grupo Lanis ha cambiado el etiquetado y ha diseñado uno propio del grupo.

Para que esta iniciativa sea rentable, el propietario de la cadena de restauración ha asegurado que ha llegado a acuerdos comerciales con las bodegas. "Al comprar una cantidad muy grande, como pueden ser 50.000 botellas, el precio disminuye un poco", explica Dadlani. Aunque también ha comentado que el precio final del cliente será un poco más elevado que el antiguo vino "de la casa", "pero se gana en calidad".