El Gobierno de Canarias ha decidido asumir la restauración de la casa modernista de Famara, aunque solo en lo relativo a la fachada, ante el riesgo inmiente de que se pierdan los valores de este inmueble propiedad de la Diócesis de Canarias.
“En general, la casa está tremendamente mal, al borde del colapso y del desprendimiento de la fachada”, ha explicado la directora general del Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, Nona Perera, en Radio Lanzarote - Onda Cero. De hecho, ha reconocido que no sabe "si llegan a tiempo", dado el grado de deterioro que tiene. "Es ahora o nunca", ha subrayado Perera, explicando por qué finalmente el Ejecutivo regional se hará cargo de esta intervención.
“La fachada es única en Lanzarote como ejemplo de arquitectura modernista, y única en Canarias por los elementos decorativos”, ha subrayado la directora de Patrimonio, que afirma que ya cuentan con el beneplácito de la Diócesis de Canarias para llevar a cabo esta intervención.
“Nosotras exclusivamente nos hemos encargado de la fachada, y para ello hemos hecho un proyecto de recogida de muestras y de análisis, para saber, mapeando toda la fachada, las patologías que tiene”, ha detallado. Según explica, la zona más afectada es la fachada noroeste, que es la más castigada por los "vientos dominantes", y el edificio ya ha perdido la "torrecilla" que daba luz al patio.
“Ojalá pudiésemos intervenir con la rapidez necesaria”, sostiene Perera, que detalla que tras conocer los resultados de las muestras, que se espera que sea a lo largo de este mes, tendrá que salir a concurso la licitación de la restauración de la fachada. “Va a ser tremendamente delicada, si antes no se cae, porque poner un andamio allí es muy peligroso”, advierte.
Perera ha detallado que a lo largo de la historia de la casa de Luis Ramírez, que se compró en 1920 pero que experimentó una reforma en 1933, ha sufrido muchas “intervenciones nocivas” que han repercutido en la conservación del inmueble, y que hacen que el equipo que ha intervenido en el análisis esté "tremendamente preocupado".
Al margen de esta actuación puntual que asumirá el Gobierno, la Diócesis de Canarias debe restaurar el resto del inmueble, a lo que se le viene instando desde hace años. Para ello ya presentó un proyecto de intervención ante el área de Patrimonio del Cabildo de Lanzarote, pero fue rechazado. Al respecto, la responsable del área en la Corporación Insular, Ariagona González, ha explicado en Radio Lanzarote que ese proyecto “no reunía las condiciones” para tener un informe favorable de Patrimonio.
La consejera también ha apuntado que le han requerido a la Iglesia que subsane el proyecto, aunque aún no han recibido contestación por parte de la Diócesis de Canarias.
Debe de existir una contrapartida para intervenir en propiedades privadas
La Directora General de Patrimonio del Gobierno de Canarias también ha explicado que no solo han intervenido en la fachada por su “excepcionalidad” y por la situación de riesgo en la que está, sino también por el acuerdo que existe entre el Gobierno de España y la Santa Sede para intervenir en los bienes patrimoniales que son de “disfrute público”.
En relación a la posible intervención del Gobierno de Canarias en inmuebles históricos de titularidad privada, Perera asegura que debe de existir siempre “una contrapartida” para poder actuar.
“Tiene que haber un cambio de energía, de lo contrario no se puede justificar que el dinero de todas las personas se invierta en un bien privado”, ha explicado Perera, que pone de ejemplo la intervención en un Convento en Tenerife, donde han restaurado el inmueble de la Iglesia y a cambio el Gobierno de Canarias dispone de una de las salas del edificio.
La Diócesis “no tiene nada claro” qué hacer con el inmueble
Con respecto a los planes de uso en un futuro de la casa por parte de la Diócesis, Nona Perera asegura que desde la Iglesia “no tienen nada claro” qué hacer con el inmueble.
“La última vez que hablé con el anterior Vicario, que no es el que ostenta esta titularidad en la actualidad, lo que quería era dejar un espacio público para la ciudadanía de Famara, como un centro en el que pudieran reunirse”, ha detallado Perera. También señala que en esa idea de la Iglesia se planteaban unas instancias privadas en el piso superior, y que la zona baja sirviera para hacer “alguna exposición”.