La Sociedad Democracia de Arrecife ha acogido una jornada más de los actos conmemorativos del X Aniversario de la Asociación Mercedes Medina Díaz, con la conferencia este lunes del Doctor en Geografía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Alex Hansesn Machín, titulada “La erupción del volcán de Cumbre Vieja del 19 de septiembre de 2021 en el marco del vulcanismo reciente e histórico en Canarias”
La conferencia abarca “las distintas erupciones en etapa histórica y reciente”, término el cual a veces lleva a error, pues realmente “es un periodo geológico, que hace referencia a la etapa actual del Holoceno, al terminar el último periodo glacial Würm hace 11.700 años, cuando los glaciares nos abandonaron y se configuraron las islas con su actual contorno”. Comienza su ponencia haciendo referencia a la situación actual en La Palma: “estamos asistiendo a una maravilla de la modernidad, pues no solamente es un fenómeno observable por el pueblo que lo padece, sino que todo el archipiélago está atento desde tierra, mar y aire en tiempo real, siendo cubierto con mucho esmero por TV Canaria desde su mismo inicio, posible gracias a la red de sismógrafos y la monitorización constante de los mismos, que ya habían alertado al respecto”.
Para el ponente, del conjunto de las islas, “destaca la actividad eruptiva de Tenerife en tiempo reciente e histórico,” siendo El Teide un macizo volcánico que con unos 180.000 años “podemos considerar joven”, atendiendo a los 10-11 Ma de la parte más antigua que supone el macizo de Teno. Dicha isla ha visto “23 procesos eruptivos en los últimos 1000 años”, incluyendo la que vería Cristóbal Colón cuando atracó en San Sebastián de La Gomera. Pero el efecto más devastador en lo socioeconómico ocurrió a inicios del siglo XVIII, la isla baja de Garachico, o fajana como se dice en La Palma, tenía en su cala “el puerto más relevante del conjunto del archipiélago, el cual quedó totalmente sepultado con la erupción de 1706”, cediendo así su importancia al Puerto de La Orotava, actual Puerto de la Cruz. Proviniendo de otro hecho geológico como fue un gran deslizamiento de tierra de más de 300 km³ la propia Orotava, cuyos restos encontramos en el fondo oceánico.
El ponente prosiguió detallando cronológicamente: “en 1909 tenemos el caso del Chinyero”, que se distingue de los demás no por su fuerza, ni por sus efectos sobre el territorio, sino porque que “pudo ser fotografiado e incluso se imprimieron y difundieron carteles para fomentar el turismo”, que ya en esos años empezaba a originarse en el norte de la isla. La erupción se localizó de nuevo en la dorsal de Abeque (NW de Tenerife).
El siglo XVIII sería “muy inclemente para las islas, dándose otra erupción que afectó gravemente a Lanzarote” siendo la más larga de la historia con una duración “de 6 años discontinuos”, extendiéndose 200 km² de superficie en una isla de 700 km², con lo que ello significó, “al sepultar algunas de las vegas más fértiles de la isla, una veintena de entidades poblacionales de distinto tamaño, maretas y hasta ermitas como Candelaria, representando un duro golpe tanto económico como poblacional para la isla”. Siendo excepcional en sí misma por distintos motivos, pues en época histórica la zona de mayor actividad se ha situado siempre en la parte de las islas occidentales, además de por su gran extensión dado que las fuentes emisoras de magma emigraron “durante dichos años hasta 13 km, cambiando incluso de dirección, algo inédito en Canarias”.
Con la particularidad para el estudio geológico del buen estado de conservación para el estudio geológico debido al singular clima, que lleva a que los malpaís a penas hayan sido colonizados por los líquenes.
“Nuestros equipos científicos nunca habían tenido la oportunidad de hacer un seguimiento tan exhaustivo hasta el volcán Tagoro en El Hierro de 2011 que erupcionó en el mar, en uno de las tres dorsales que componen la más novel de las islas con 1 Ma, un bebé a nivel geológico si lo comparamos con los 20 Ma de Fuerteventura que la convierten en la abuela de la familia insular. En ocasiones nos parece pequeña, no obstante debemos recordar que tiene 1500 m.s.n.m., pero 4000 bajo el mar, lo que la convierte en una montaña colosal”, expone el Doctor, que añade que a modo de ejemplo “podemos observar el caso hawaiano, en el que su isla más grande está compuesta de la misma forma por una dorsal triangular”.
Haciendo un recorrido por las erupciones que han afectado a la isla de La Palma, hace notar el ponente que se encuentran “dos partes bien diferenciadas, una más apaciguada, o inactiva al norte, y una parte sur compuesta por una cordillera que va de Cumbre Nueva a Fuencaliente, que es realmente un estratovolcán de 20 km, donde se concentra la mayor parte de los volcanes recientes, que se nos presenta como si estuviésemos leyendo un libro abierto al que le añadimos cada vez más páginas en su parte central y va creciendo con cada erupción, habiéndose construido todo en los últimos 150.000 años”.
A diferencia de 1949, cuando erupciona el San Juan, con el Teneguía en 1971 “se vino el NO-DO”, para la observación científica, tomar mediciones, se filmó una película y estuvo presente por vez primera el equipo de vulcanólogos dirigido por J. M. Fúster.
Para caracterizar el estilo eruptivo del vulcanismo canario, se habla de modelo Teneguía. “Dejó además en La Palma la idea de un volcán “bueno”, benefactor porque ocurrió a una cota baja y sin muchas consecuencias”. Otra consecuencia que tuvo fue “la implementación de una red geodésica y sismográfica que se ha ido densificando, que se vio impulsado con la erupción del Tagoro en El Hierro especialmente después de 2011”.
Alex Hansen cerraba la ponencia con una consideración a tener en cuenta, y es que “la inversión en Ciencia es nuestra mayor aliada en situaciones como la actual”. “Pese a que los tremores duraron mucho menos que en anteriores ocasiones se alertó a Protección Civil y a la sociedad, tanto es así que los medios estaban presentes en la zona cuando la primera fumarola apareció y ello es debido a la actividad científica, a dicha red de sismógrafos y los científicos que siempre están pendientes”, sentenció el ponente.
Su tesis abordó la Vulcanología y geomorfología de la etapa de rejuvenecimiento plio-pleistocena de Gran Canaria. Hansel ejerció durante 13 años en la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de Las Palmas de Gran Canaria como miembro del Departamento de Geografía de la Universidad de La Laguna, trasladándose a la Facultad de Geografía de la ULPGC en 1993, integrándose como profesor e investigador del Departamento de Arte, Ciudad y Territorio y posteriormente, del Departamento de Geografía, en el área de Geografía Física. Además, fue miembro, en representación de la Universidad de Las Palmas, del Patronato de espacios Naturales de Gran Canaria, del Patronato de espacios Naturales de La Palma y del Parque Nacional de Timanfaya. Autor de más de 70 publicaciones científicas, ha publicado varios mapas geomorfológicos como el de Gran Canaria (1990) y el de Lanzarote (1999) y es autor de ocho libros.