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El pueblo de Nazaret inicia sus fiestas con el pregón de la vecina Loly Méndez

La pregonera rememoró vivencias muy entrañables y emotivas en el salón del Centro Sociocultural Ubigue

El pueblo de Nazaret inicia sus fiestas con el pregón de la vecina Loly Méndez

Fotos: Sergio Betancort 

 

Los vecinos de Nazaret iniciaron este jueves sus fiestas con el pregón a cargo de la vecina Loly Méndez Concepción, que tuvo lugar a las 20 horas en el salón del Centro Sociocultural Ubigue y que estuvo cargado de vivencias muy entrañables y emotivas. 

Aunque nació en Teseguite, los padres de Loly tenían familiares en el pueblo y ella desde muy corta edad fue contactando con ellos, sobre todo con José Crespo y Ángela Pérez. De esta última, relató cómo cuando su madre dio a luz a su hermano mayor, el cual al nacer no ingería ningún alimento y su madre tampoco le podía dar la leche materna, Ángela le dio el pecho ante la desesperación de sus padres, ya que en aquel tiempo estaba amamantando a su hijo Germán, consiguiendo así que sobreviviera. Tras los años, contó cómo su hermano, muy orgulloso, dice que él y Germán son "hermanos de leche". 

Otra de las anécdotas simpáticas que rememoró fue cómo se las ingeniaban para poder ver a los chicos y así iniciar un noviazgo. Loly Méndez recordó que algunos jóvenes de Nazaret, que por aquellos tenían moto, un "gran lujo" se desplazaban los fines de semana hasta Teseguite para jugar a la bola y a las cartas en la cantina del pueblo. Según relató, desde que oían el rugir de las motos, las chicas salían para verlos y a ver si conseguían el objetivo de enamorarlos Loly Méndez, sin embargo, conoció al que se convirtió en su marido de otra forma. 

Ella realizó sus estudios primarios en Teguise y allí seguía en contacto con las chicas y chicos de su edad de los diferentes pueblos del municipio. Así, en 1975, Alicia le le presentó a su primo Gerardo, el único chico de Nazaret que no conocía. La pregonera contó cómo la flecha de Cupido les unió y cinco años más tarde se casaron, trasladándose primero a vivir a una casa alquilada en Arrecife. A los seis años se instalaron en su propia casa en Nazaret, una casa que  fue construida con la ayuda de los amigos de Gerardo. Ellos solo tuvieron que poner los materiales y los amigos la fueron construyendo los fines de semana, un "gran gesto" que por mucho que pasen los años no podrán olvidar. La pregonera también relató cómo una vez ya instalados en su casa,  tendieron un cable de su propio contador a dos vecinos para suministrarles la luz eléctrica hasta que un día Unelco se dio cuenta y los dejo a oscuras. 

 

Un recuerdo para su marido, al que siempre tendrá "muy presente" 


Loly y Gerardo tuvieron dos hijos, Jenny y Jonathan, y durante su etapa escolar formó parte del Ampa para conseguir así algunas mejoras para el alumnado, como que el centro contara con una logopeda, que todavía hoy día sigue activa. Loly siempre ha sido una mujer comprometida y allí donde pueda siempre esta dispuesta a echa una mano. Hace dos años recibió un golpe muy duro con el fallecimiento de su esposo Gerardo, al que siempre tendrá "muy presente" porque, como bien relató en su pregón, gracias a él ha conocido "a mucha gente maravillosa" con la que mantiene "una fluida amistad", lo que unido al amor de sus hijos, hace que cada día vaya haciéndole frente a los problemas cotidianos. 

La pregonera, que estuvo muy acompañada por familiares, vecinos y amigos, recibió un obsequio de la comisión de fiestas y finalizó su pregón con una frase que siempre le acompaña. "Lo bien disfrutado, jamás es olvidado".