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Dos jóvenes de La Graciosa triunfan en Instagram con sus viajes por el mundo

De la India a Maldivas o Madagascar, Paula y Borja se dedican a publicar el contenido de sus aventuras en su perfil @unviajede2 y en su blog, con la intención de vivir íntegramente de ello algún día

Paula y Borja, los creadores de @unviajede2, en Bali

Con más de 20 países visitados y 171.000 seguidores en Instagram, los gracioseros Paula Hernández y Borja Rodríguez han conseguido hacerse un hueco en el mundo de los influencers de viajes gracias a su proyecto @unviajede2

Los jóvenes, de 27 y 29 años, han recorrido países como la India, Maldivas, Vietnam, Madagascar o Turquía, entre otros. Unos destinos “de ensueño” que se costean con los ingresos que le aportan las colaboraciones con marcas, los filtros creados por ellos, el link de afiliados en el blog, así como la publicidad, pero también con sus propios ahorros, ya que a día de hoy no han conseguido vivir íntegramente de esto.

En su perfil no solo publican fotos y vídeos de sus viajes, sino que también buscan esa cercanía con los seguidores dándoles consejos y mostrándoles con toda naturalidad los problemas a los que se enfrentan cada día.

 

Sus comienzos en Irlanda y cómo dejaron “todo” atrás

El punto de partida fue un viaje a Suiza durante su etapa universitaria en Madrid, donde Paula estudió enfermería y Borja marketing y publicidad. “El primer viaje oficial fue a Suiza, fuimos solo tres días, pero ahí se despertaron nuestras ganas de viajar aún más, pero no fue hasta que nos mudamos a Dublín, cuando terminamos de estudiar y empezamos a viajar de mochileros”, explica Paula.

En 2017, deciden lanzarse al mundo de las redes para compartir sus aventuras, por lo que crearon un perfil conjunto en Instagram que les llevaría a desarrollar un blog de viajes un año después, y así nació unviajede2.

“Siempre nos había gustado la fotografía y mucha gente nos preguntaba siempre consejos para viajar y pensamos que qué mejor forma de ayudar a los demás que creando un blog”, explica Paula. “Yo no tenía ni idea de cómo era esto, ni siquiera me gustaba sacarme fotos, pero ahora estamos muy contentos de poder dedicarnos a esto”.

Tras su viaje a Tanzania y Madagascar en 2018, ambos decidieron que era hora de apostar por su sueño de viajar sin billete de vuelta, por lo que ahorraron durante todo un año para, en 2019, dejar Dublín y comenzar un viaje por el mundo. Desde entonces han viajado durante largos períodos, especialmente por el sudeste asiático, aunque no todo lo que les gustaría por el estallido de la pandemia.

 

Un sector cada vez más competitivo

“Cada vez hay más competencia, más gente quiere vivir de esto y es más complicado crecer si vas por libre como nosotros, la mayoría termina buscando agencias de representación”, explica Paula. “Además, a muchas marcas no les interesa que estés de aquí para allá, porque sienten que todo está en el aire”.

Por eso, tanto Paula, como Borja, buscan darle un valor añadido a su contenido, donde la base es “la naturalidad y la cercanía”.  “Yo sé que a veces las redes sociales no reflejan del todo la vida que hay detrás, pero sí que pienso que hemos sido 100% transparentes con nuestro contenido”, subrayan.

Paula y Borja de viaje en Phi Phi Island, Tailandia

Además, la joven también explica que siempre intenta mostrarse tal y como es, a pesar de no tener un cuerpo normativo. “En redes la gente siempre intenta mantener el cuerpo perfecto. Yo siempre he tenido claro que soy como soy y no voy a alterar nada de mi cuerpo, soy “curvy”, y al final eso también puede inspirar a mucha gente”, cuenta Paula. “Muestro un cuerpo que mucha gente intenta ocultar, pero es verdad que la cosa está mejorando cada vez más”.

 

“Renuncias a muchas cosas con este trabajo”

Sin embargo, esta vida “perfecta” que se ve a diario en Instagram, no siempre refleja la realidad, ser influencers de viajes también tiene un lado oscuro.

“Mucha gente me dice que quieren ser como nosotros y viajar por el mundo, tiene su parte buena sí, pero renuncias a muchas cosas con este trabajo que a la gente le cuesta entender o directamente desconocen”, insiste la joven. Paula explica que este tipo de vida le ha llevado a tener que renunciar a vivir cerca de su familia y a una vida estable, así como a un horario de trabajo que le permita desconectar.

“No tenemos un sueldo mensual establecido, tenemos que estar planeando siempre nuestro próximo destino, por lo que nos pasamos el día escribiendo a marcas, al final son muchos dolores de cabeza porque no desconectas”, añade. “Por no hablar del tiempo que lleva crear contenido, pensar en ideas, crear, sacar las fotos o vídeos y editar”.

Pero ambos resaltan que este tipo de vida sigue teniendo muchos más aspectos positivos, puesto que al final los viajes terminan cambiándote como persona. “Los viajes nos han abierto la mente, porque al final estás en contacto con otros viajeros en tu situación y con gente local muy diversa”, apunta la graciosera. 

 

“Tener que volver a casa no es un fracaso”

Además, la joven cuenta que ellos mismos han vivido situaciones complicadas, como por ejemplo cuando estalló la pandemia del coronavirus.

“Llevábamos dos meses y medio en la India y cuando íbamos a entrar en Sri Lanka llegó el Covid”, explica. “Pasamos más de dos meses de cuarentena en Malasia porque nos negábamos a volver a España. Era un viaje demasiado bien pensado como para romperlo todo”.

Ambos admiten que fue una decisión difícil, porque sentían que estaban “retrocediendo”, pero al final, Paula y Borja terminaron volviendo a Canarias y aprovecharon para volver a sus antiguos trabajos y ahorrar para la próxima aventura. “Volver a casa no es un fracaso”, insiste la graciosera. “Volver a casa no está mal, aprovechas para ver a la familia y amigos”.

“Es un trabajo de riesgo, salvo que vayas con muchos ahorros o con la intención de viajar unos meses y volver, si vas a viajar sin billete de vuelta tienes que estar preparado para el riesgo, como nos pasó a nosotros con la pandemia”.

Por tanto, Paula recomienda tener siempre un plan b, como en su caso la enfermería, para evitar “frustraciones o decepciones”, así como tener mucha paciencia. “Al final lo mejor es dejarte llevar e ir con la mente abierta de que pueden pasar estas cosas”.

 

Ahora “valoran más” La Graciosa

Los gracioseros confiesan estar “enamorados” de su isla, aunque no la habían valorado lo suficiente hasta ahora. “Tenemos una isla increíble”.

“Nosotros siempre decíamos que queríamos irnos fuera de La Graciosa, pero ahora, con el paso del tiempo y con todo lo que hemos viajado, tenemos una visión diferente de la isla”, explica Paula. “Tiene mucha calidad de vida y tranquilidad, siempre con el mar cerca. Hemos estado en muchos países, pero las mejores playas y las aguas más limpias están aquí”.

La pareja en la isla de La Graciosa, su hogar

“Pensamos que aquí no vamos a vivir porque no nos termina de aportar todo lo que necesitamos, pero oye, nunca digas nunca, siempre decimos que no vamos a volver y terminamos volviendo”, cuenta. “Quizás de mayores acabemos aquí, nunca se sabe”.

 

El futuro de unviajede2

A largo plazo, la intención de la pareja es mudarse a Australia o a Nueva Zelanda, pero admiten no encontrarse en ese punto todavía. “De momento queremos viajar en septiembre, iremos a Asia un mes y medio, concretamente a Bali, pero después volveremos a España porque queremos centrarnos en crear nuestra marca”, adelanta Paula.

La joven explica que quieren darle “una oportunidad” a unviajede2, creando una marca con identidad propia y, para eso, tienen que tener España como base. “Queremos ir más allá de las redes sociales, queremos tener algo nuestro”, añade.

“Yo además quiero seguir trabajando como enfermera, así que la idea es estar un tiempo con esto y luego volver al hospital en algún momento, lo que no sé es dónde acabaré”, cuenta Paula.

“De momento está todo en el aire”, añade. En cualquier caso, ambos tienen claro en que su futuro está recorriendo el mundo. “Viajar es lo mejor que hay”.

Cascadas Nungnung, en Bali