El barco Tenderete ha pasado de ser una amenaza para los atunes a convertirse en un cobijo para los peces. Hace un año, salía a la mar en busca de atunes que traer a Puerto Naos y ahora, previo desguace, se sumergirá en Puerto Calero para convertirse en una pecera gigante. Ahora, este barco será un atractivo para los buceadores y un lugar donde los peces se multipliquen protegidos por sus paredes. El hundimiento de este barco es una prueba más de la difícil situación que está atravesando el sector pesquero. De hecho, el descenso de la pesca se ha saldado esta temporada con dos desguaces en la Cofradía de San Ginés.
El otro atunero que tampoco se ha sumado a la campaña del pez azul este año es el Gure Lorea. Las razones que han llevado a los dueños de ambos buques a destruirlos es la misma: la nula rentabilidad que obtenían de ellos. "La pasada temporada de atún perdí 70.000 euros", afirma Pedro Javier Toledo, propietario del Tenderete. Además de las pérdidas de la última campaña, recuerda con especial dolor la de 2007, cuando perdió otros 70.000 al salir a faenar, pero sobre todo la de 1998, cuando el déficit ascendió a 120.000 euros.
En vista de que los números no cuadraban, Toledo solicitó desguazar su buque hace unos meses en función del Instrumento Financiero de Ordenación de la Pesca, IFOP. Esta medida de la Unión Europea trata de reajustar el esfuerzo pesquero y ofrece una ayuda económica a quienes desguacen su barco. En Lanzarote la designación de quiénes pueden optar a ella se tramita en el Gobierno de Canarias. Toledo se había inscrito en la convocatoria hace varios meses y el día 11 de mayo le anunciaron que le concedían la ayuda. Entonces, sin dudarlo, empezó a tramitar los papeles para hundir el buque.
Desde ese momento, la actividad que ha girado entorno al Tenderete se ha centrado en la retirada de sus partes contaminantes y en los controles de la Inspección de Buques. El miércoles pasaba el último control que evidenciaba que no había en él restos de grasas ni de fuel y ahora está atracado en Puerto Naos a la espera de que el lunes unos remolcadores lo trasladen a Puerto Calero para hundirlo.
Ya no es útil para desempeñar la actividad para la que fue diseñado porque las capturas atuneras han menguado, pero, a pesar de ello, el Tenderete sigue siendo útil para otras cosas. "Desde que se sabe que iba a desguazarlo me han llamado de centros de buceo de Costa Teguise, Puerto Calero y Puerto del Carmen porque querían que lo hundiese allí", explica Pedro Javier Toledo. "Al final, he acordado con un grupo de buceo de Puerto Calero hundirlo en el puerto para que los buceadores puedan sumergirse cerca del barco e interactuar con los peces; y es que la vida animal siempre se desarrolla con mayor facilidad donde hay un barco hundido, que donde no lo hay", asegura Toledo.
La trayectoria del Tenderete le recuerda a Javier Toledo la de otros muchos buques que llevaron un camino similar. "En Puerto Naos vimos desguazar muchos barcos desde 1999 hasta el 2003; me atrevería a decir que entonces cayó el 60 por ciento de la flota atunera fruto del fin del convenio con Marruecos", opina el armador.
El barco de Andrés Cedrés y su familia también ha sido desguazado recientemente. "No hemos podido soportar las presiones, siempre nos hemos mantenido con la esperanza de que esto cambie, pero ante la imposibilidad de mantener el barco, porque no tenemos medios económicos para hacerlo, nos apuntamos al desguace", explica Cedrés.
Mal comienzo en la campaña del atún
La temporada del atún comenzó el pasado 3 de abril y, aunque los nueve atuneros de la Cofradía de San Ginés que participan en ella se echaron a la mar con esperanza, la cantidad de pescado entrada en el muelle les está robando la ilusión una vez más. Hasta hace dos semanas, sólo habían llegado 30 toneladas y para obtenerlas habían tenido que desplazarse a más de mil millas de distancia, con el consiguiente coste de petróleo que eso supone.
"Cada vez hay que alejarse más para conseguir bancos de atún. La campaña del año pasado ya fue muy mala y la de este año no está yendo mejor, pero confiemos en que eso cambie", afirma Andrés Cedrés, que añade que "hay que intentarlo". Toledo se queja, además, de que el atún está en las costas de las Azores pero "el convenio de Madeilra sólo ha posibilitado a dos buques de Puerto Naos a ir a esas aguas a hacer pruebas, mientras que los portugueses vienen a las nuestras".
Mejor destino para los de bajura
Pedro Javier Toledo también posee un barco de bajura de pesca artesanal, un híbrido entre un barco de pesca y un yate, según lo define el propietario. "Lo construimos el año pasado porque nos habían prometido que iba a salir el proyecto de pesca de turismo e íbamos a poder llevar gente en el barco, pero llevamos unos cuatro años esperando", se queja el armador.
Los barcos de bajura, de momento, están corriendo mejor suerte que los atuneros. Éstos siguen saliendo a pescar y vuelven al muelle con mercancía, a pesar de que sea en menor cantidad. En opinión de Toledo esto es porque "no se le puede estar sacando tanta cantidad de pescado al mar sin darle tregua y esperar a que los fondos se regeneren". A pesar de ello, reconoce que los pescadores intentan "pescar lo que se pueda" y atribuye la culpa a "las consejerías, que son las que deben restringir mucho la pesca deportiva, porque hay muchos barcos de este tipo en la mar".