La copistería KopyCenter, situada en Arrecife, cierra sus puertas tras 26 años de servicio. El fundador de la empresa, Jaime Izquierdo, explica que en un principio iba a montarla con unos alemanes "pero al final se echaron atrás", por lo que, junto a su mujer, Emma Rodríguez, decidieron "arriesgarse" y emprendieron juntos el negocio.
Izquierdo señala que el paso del tiempo y "el avance de la tecnología" han traído grandes cambios. "Pasó de ser una simple copistería a ser mucho más, un centro de impresión gráfico. Hemos llevado clientes como el Cabildo, el Ayuntamiento y la publicidad del aeropuerto todavía la llevo en exclusiva", señala el fundador de KopyCenter.
"Hemos ido adaptándonos a la corriente de cada tiempo. Cuando la gente pedía planos, pusimos planos, cuando empezaron a pedir vinilos para el suelo, los hicimos. Hemos forrado medio Lanzarote con ellos. Y cuando han pedido códigos QR, nos pusimos a estudiar y los hicimos", explica.
Izquierdo apunta que le da "pena" no haber podido traspasar el negocio. "No había interés en la compra. A la gente joven no los veo muy arriesgados para trabajar tanto. Éste es un trabajo que es duro, es de muchas horas. Entonces o la gente joven no se arriesga como nosotros nos arriesgábamos antes o quizás los bancos no les apoyan como nos apoyaron en su momento. Yo para abrir esto necesité dinero, comprar máquinas y arriesgarme mucho. Y mi patrimonio", añade.
Tras más de dos décadas de trabajo, Izquierdo y Rodríguez disfrutarán ahora de su jubilación haciendo una de las actividades que más disfrutan. "Ahora ya uno es mayor y lo que quiere es montar en moto. Mi mujer y yo nos cogemos una moto y nos vamos a ir al Cabo Norte, al norte de Noruega. Un mes y medio de viaje. Cogemos una moto en Lanzarote, la llevamos a Huelva y nos hacemos 15.000 kilometros ida y vuelta", comenta.
Después de tantos años, el fundador de KopyCenter explica que se lleva a los clientes en el recuerdo. "Me quedo con los pequeños clientes. Ellos han sido los que nos han mantenido. Los grandes siempre te aprietan mucho, pero al pequeño cliente es al que yo agradezco haber continuado ahí. El comercio local es el más importante de todos y es a quien hay que cuidar y a quien convendría salvar. Los grandes lo que hacen es apretarnos y al final trabajamos todos para dos nada más, que es lo que está ocurriendo", concluye Izquierdo.